Donde existe vida encontraremos siempre a Dios, por ello toda cultura de muerte como el crimen del aborto nunca será voluntad de Dios y la iglesia católica está en contra de este atentado a la vida; dice no a las instituciones que lo aprueban y todos aquellos promotores que se convierten en homicidas, destacó el arzobispo de Durango durante su mensaje de la misa dominical.
Al encabezar la eucaristía en la Catedral Básilica Menor de esta ciudad, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez hizo un fuerte llamado a la comunidad católica para trabajar y promover acciones que respeten la vida y dignidad humanas. Recordó que durante los últimos 40 días se promovieron por parte de la arquidiócesis local, jornadas de oración y acciones para tomar conciencia sobre lo importante que es la proclamación del evangelio de la vida en la sociedad actual.
Para la iglesia universal es muy preocupante el momento complicado que vive la sociedad, mediante el establecimiento de una nueva cultura que desdibuja y mutila la figura humana. El nucleo cultural fundamental es la negación de la primacía del ser humano, es decir que existe una profunda crisis antropológica que promueve la cultura de la muerte.
Enfatizó que ante esta triste realidad social la iglesia católica promueve una cultura a favor de la vida, que ponga al centro el respeto y promoción de la vida hunana y la dignidad en todas sus etapas.
"Porque Dios no es un Dios de muertos sino de vivos, es el Señor que crea, sostiene y lleva a plenitud la vida" por eso toda cultura de muerte como el aborto nunca será voluntad de Dios, puntualizó el prelado duranguense.
"Como católicos debemos continuar con valor, decisión y deseos para que se preserve la vida diciedo con contundencia: no al aborto, no a las instituciones que lo aprueban, no a quienes votan a favor de él porque son homicidas y por ello se convoca a la comunidad para continuar promoviendo una cultura de la vida y todas sus expresiones", insistió.
Pedir a Dios por la paz, por la vida y en favir del matrimonio, para construir una sociedad en la cual todos tengamos cabida y haya democracia, precisó.
Añadió que el mensaje de los obispos de México respecto a la iniciativa de reforma electoral, es a favor de que se construya un país democráticamente fuerte y sólido, sin cambiar por cualquier circunstancia los logros que se han ganado en esta materia.