Ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Durango, el mercado Gómez Palacio es una visita obligada por los visitantes, pues entre llaveros, ceniceros, relojes y playeras, todo adornado con un ponzoñoso alacrán, forma parte de los atractivos turísticos que tiene la capital; por ello no es extraño que el último fin de semana de Pascua y eclipse solar, sus ventas repuntaron en un 90 por ciento.
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De acuerdo con el dirigente de la Unión de Locatarios del mercado Gómez Palacio, Fernando Serrano García, los comercios que más se vieron beneficiados fueron aquellos de ventas de artesanías y souvenirs, aunque en esta ocasión llamó la atención la gran cantidad de turistas que acudieron a degustar los platillos típicos de Durango en los comedores que se encuentran al interior del lugar.
“Los comedores todo el día tuvieron gente, fueron los comercios donde hubo más gente”, comentó el famoso Yiyo, cuyo local se encuentra justo en la entrada que está sobre la calle Pasteur y donde tiene a la venta el tradicional chile pasado, ingrediente que le da un toque especial al caldillo durangueño.
Lo dicho por el líder de los locatarios fue corroborado por la señora Pilar Mejía, dueña del conocido Comedor Pili, el cual ofrece todo tipo de antojitos típicos de la comida en esta zona del noreste del país, como el asado de boda, el menudo con granos de pozole, el caldo de res; además de taquitos dorados, chilaquiles y por supuesto el caldillo durangueño.
Desde hace 14 años ininterrumpidos la señora Pili, como le conocen su familia y amigos, ocupa dos de los locales que se encuentran en el área central destinada a los comedores del mercado, cuenta que la venta de comida viene desde su mamá, quien también estuvo durante una temporada en el mismo lugar pero luego decidió retirarse.
En esta ocasión la joya de la corona fue sin duda el famoso caldillo durangueño, el cual no es más que un caldo de carne de res con tomate, cebolla, ajos y la variedad de chiles secos, especialmente del chile pasado que se trae desde los municipios del semidesierto y cuyo sabor se potencializa al mezclarse con el resto de los ingredientes.
Explicó que cada temporada vacacional se siente diferente y esta no podía ser la excepción, y sus ventas subieron al grado de poder recuperar las bajas ventas que se tuvieron durante la Semana Santa, pues todos los turistas se esperaron para venir a Durango para disfrutar del eclipse solar.
“Yo todo el año vendo caldo de res y el lunes nos dimos cuenta que dejó de venderse por vender el caldillo durangueño, de este solo preparo una vez al día y ahora tuve que preparar tres veces durante el día”, comentó.
Tacos de alacrán
Otro atractivo importante para el turismo, sobre todo para los extranjeros, fue el taco de alacrán, esa preparación no tan misteriosa pero que le da un toque de curiosidad al estar acompañado de este arácnido, así lo contó Norma Alicia Badillo, quien trabaja en el Comedor Las Margaritas, donde el alacrán previamente añejado con alcohol de caña, se prepara en una tortilla con mucha lechiga, tomate, y crema.
“Todos venían con la idea del sabor, como es un animal muy ponzoñoso requiere de mucho esfuerzo para comérselo. Nosotros les recomendamos que se lo coman solito para que sepan a qué sabe el alacrán”, comentó al relatar que el sabor es muy diferente al de un charal o chapulín, pues estos no están fermentados en alcohol.
Explicó que el taco tiene un costo de 90 pesos y se les agregan cinco alacranes pequeños o bien uno grande, en su mayoría se van por los pequeños, pues son más fáciles de asimilar en el paladar.
Artesanías
Gabriela Ramírez, es otra de las comerciantes beneficiadas con la llegada del turismo nacional y extranjero, ya que la venta de dulces típicos, botellas de mezcal con alacrán y algunos recuerditos como llaveros o relojes que tienen como distintivo un alacrán.
Señaló que en comparación con la Semana Santa, el fin de semana de Pascua sus ventas aumentaron de manera importante, por lo que para ellos fue un gran acierto el hecho de que el eclipse tuviera una mejor vista en Durango y con ello los hoteles llenos de turistas y con ello desbancar a diciembre, temporada en la que los paisanos regresan para visitar a sus familias y de pasada se llevan un recuerdo para sus amigos en el extranjero.
En el mercado Gómez Palacio se encuentran 460 locatarios, de los cuales 430 son representados por Fernando Serrano García, y aunque en diciembre es su temporada más fuerte, estos últimos tres días sirvieron para levantar las ventas, pues no habían logrado recuperarse luego de la cuesta de enero.