La contingencia que se vive en el país debido al COVID-19 es la oportunidad para tomar conciencia, descubrir quiénes somos y volver a sentir amor por el hogar, señaló la terapeuta en Comunicación Humana, Raquel Guerrero.
La también psicóloga clínica explicó que es necesario en el periodo de aislamiento que siguiere las autoridades sanitarias contar con un plan para que los menores de edad, papás e incluso abuelos trabajen la psicomotricidad gruesa y fina, mediante ejercicios simples que ayudan al ser humano.
La mayor preocupación de los padres de familia ante la emergencia que ha causado el Coronavirus es cómo distraer a sus hijos dentro del hogar y sobretodo en lugares pequeños como departamentos que no cuentan con un área de jardín; es por ello que las diferentes redes sociales en estas últimas horas se han desbordado con videos, infografía e incluso horarios que se pueden seguir para no caer en el ocio y la desesperación.
Lo principal que se debe buscar al estar toda la familia en casa, señaló Raquel Guerrero es que la convivencia se de de forma sana, “los menores deben aprender mediante el juego a cocinar su alimento preferido, siempre bajo la supervisión de un adulto, seguido de limpiar su habitación u ordenar sus juguetes”.
El día puede iniciar antes de las nueve de la mañana cuando todos se sientan a desayunar, seguido de vestirse, es decir, nadie debe quedarse en pijama. De las 9:00 a las 10:00 horas ejercitarse ya sea practicar yoga o algo de cardio. De las 10:00 a las 11:00 de la mañana es tiempo de repasar las tareas que ha dejado los docentes.
A partir de las 11:00 y hasta el medio día, la creatividad llega a la mesa con juegos de lego, cantar, bailar y pintar, que mejor que con aperitivo al lado, para luego ayudar en los quehaceres de la casa y preparar la comida.
De las 14:00 a las 15:30 horas todos se sientan a la mesa a comer y platicar, para luego si existe la posibilidad de salir al patio se puede ejercitar e incluso sembrar vegetales que son fáciles de cuidar.
Se recomienda que a las 17:00 horas se tome un libro para leer o realizar actividades académicas de acuerdo a la edad de cada integrante de la familia. El tiempo libre llega a partir de las 18:00 horas y hasta las 19:30, cuando se puede disfrutar de una serie, programa de televisión o videojuegos. Después de las 20:00 una cena ligera, lavarse los dientes, ponerse la pijama y a contar cuentos.
La terapeuta resaltó que estos días no se los debe comer la televisión o las consolas de videojuego, por el contrario debe salir la creatividad y poner en práctica lo aprendido a fin de que los menores conozcan y empiecen a realizar otras actividades que en un futuro les ayudarán en su vida cotidiana, como colocar un botón, levantar la bastilla a un pantalón, peinar muñecas o crearles ropa e incluso plantar un pequeño jardín.
Por su parte, los docentes mediante los grupos creados con los padres de familia, día a día se encargan de mandar actividades que los alumnos en compañía de sus familiares deben realizar a fin de reforzar lo aprendido en las aulas y no retroceder en la enseñanza. Desde adivinanzas, creación de cuentos e incluso concursos, los grupos de WhatsApp se han vuelto activos y llenos de creatividad.
“El COVID-19 nos ha traído la oportunidad de descubrirnos y tomar conciencia de lo que acontece en el mundo y por qué ante ello debemos trabajar en mejorar nuestro entorno”, finalizó la entrevistada.