Con la reparación de la puerta principal de Catedral, concluyeron los trabajos realizados por el personal especializado que trabaja para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), luego de los actos de iconoclasia que se llevaron a cabo el pasado 8 de marzo durante la marcha.
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De acuerdo con el delegado del INAH, Antonio Reyes Valdez, el deterioro de la puerta principal de este recinto histórico que calificó como mayúsculo, se debe a la falta de mantenimiento durante años, además de los daños causados al estar expuesta al sol y la lluvia, lo mismo sucede con las puertas laterales, mismas que no fueron intervenidas porque no entran como parte del seguro.
En esta ocasión, al sufrir daños durante la marcha del 8M, su reparación se hizo con recursos del seguro que se tiene para salvaguardar los monumentos históricos como lo es la Catedral Basílica menor, de ahí que se requirió un millón 300 mil pesos para cubrir los daños sufridos en la barda perimetral y la puerta.
“Más allá si son históricas o no, tiene que ver con el estado de deterioro en el que se encuentran”, comentó el funcionario federal, quien señaló que se trata de hacer reparaciones en materiales como madera, herrería, pintura de hace cientos de años, y para ello se requieren de varios especialistas para dar mantenimiento a una puerta con estas condiciones.
Sin embargo en el caso de la barda perimetral, no fueron las pintas las que dañaron mayormente la cantera, sino la mala intervención que se hizo al lavarlas sin una planificación, ni con un permiso de por medio.
Ahora se le aplicó una capa de protección para que de volver a ocurrir este tipo de acciones el próximo año la afectación sea mucho menor.
Informó que tras una coordinación con el prestador del servicio, se llegó al acuerdo de que se les prestaría dinero antes de que pudieran pagarle.
Explicó que si bien la Catedral es considerada como un monumento histórico, la Ley Federal de Monumentos Históricos y Zonas Arqueológicas vigente determina que son los propietarios o los depositarios legales son los responsables de darle mantenimiento, de ahí que en este caso le corresponde a la Arquidiócesis hacerse cargo de las reparaciones del inmueble.
“Esto no significa que no puedan buscarse recursos por otras vías, pero en principio le corresponde a la diócesis”, mientras que al INAH le toca supervisar que los trabajos se realicen de forma correcta y lleguen a buen término.