Durante 35 años Jesús Ramón Pérez Huitron, alias “El Rambo”, ha atendido a todos aquellos desvelados que por gusto, trabajo o necesidad, pasan por el Centro Histórico de Durango a horas en que la mayoría duerme en la callada y tranquila ciudad; su negocio, en el que hace equipo con su esposa Rosa María Castañeda, es de venta de gorditas, burritos, tamales, tacos rancheros, y más. Cada noche suele instalarse sobre la calle Bruno Martínez, entre avenida 20 de Noviembre y Negrete.
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Es la opción perfecta para el hambre de madrugada; y si bien por décadas “El Rambo” y el sazón de su esposa han consentido a muchos, hoy él requiere del apoyo duranguense, pues luego de sufrir un infarto en días pasados, se encuentra hospitalizado, y esto demanda gastos inesperados. Su familia permanece con la venta activa de burritos, los cuales pueden recogerse en la calle Mapimí #406 de la colonia Hipódromo, o bien, a través de un pedido a domicilio con un costo extra según la distancia.
El teléfono de contacto para hacer pedidos es 618 246 36 96, con Lupita; una actividad en apoyo para los gastos por hospitalización de “El Rambo”.
La historia de Pérez Huitron es amplia y conocida por muchos, y es que según cuenta Teresa Castañeda, una de sus seis hijos, lleva 35 años vendiendo, incluso en medio de la pandemia siguió trabajando, aunque con los protocolos que la situación demandó.
“Mi papá es bien conocido entre la gente que trabaja de noche, entre los desvelados, taxistas, la gente que hace la limpieza en el centro. De hecho tiene un menú peculiar que sus clientes conocen, es otra forma de pedirle los burritos, gorditas. Es bien famoso don Ramón, y todos le apodan ‘El Rambo’”.
Comenzó vendiendo con una hielera a los músicos, y hoy, ya tiene su camioneta adaptada para atender a todos aquellos que ya son gustosos de su comida.
Lamentablemente Jesús Ramón Pérez Huitron sufrió un infarto y eso ha impedido que llegue como cada noche al Centro Histórico a vender. “El día sábado le dio un infarto cuando andaba surtiendo para el negocio, lo llevan a la Cruz Roja, lo trasladamos al 450 y ahí le dio otro infarto. Debido a ese segundo infarto le dieron resucitación, desde entonces lo sedaron para mantenerlo dormido, será cuando despierte que se pueda evaluar su estado neurológico, ahorita es algo del corazón. Ver qué secuelas le dejó la resucitación”.
En medio de la incertidumbre su familia confía en que la sociedad duranguense pondrá su granito de arena; en ese tenor, además de la venta de burritos, está activa el número de cuenta 4152 3140 3681 7545, a nombre de Rosa Guadalupe Pérez Castañeda para donaciones.