Promade, es una empresa de carácter familiar con la que se genera carbón ecológico mediante el uso de la cáscara del coco; de acuerdo con Juan Manuel Covarrubias Rodríguez, líder y creador del proyecto se ha demostrado con pruebas y dictámenes técnicos que la operación de dicho proceso genera tan solo 68 ppmm (partes por millón), lo que está por debajo de lo establecido por las normas ambientales que son de 500 ppmm.
“Este esfuerzo no solo refleja el respeto por el medio ambiente, sino también una dedicación a prácticas responsables y limpias”, comentó el dueño de Promade, quien aseguró pese a esta práctica autosustentable, la empresa es objeto de acoso por parte de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNYMA).
Informó que recientemente se presentaron elementos que pese a traer gafetes, nunca se presentaron de manera formal como personal de la SRNYMA, así como tampoco se le presentó una orden judicial que les permitiera el ingreso a sus instalaciones y la posterior clausura de la misma, esto pese a que se les presentaron pruebas de que se cumplen con la normatividad ambiental y que las emisiones de la planta están por debajo de los límites permitidos.
“La evidencia de que Promade cumple con los estándares establecidos es clara, pero parece no ser suficiente para que las autoridades reconozcan el trabajo que se realiza de manera responsable”, comentó.
Ante estos señalamientos, la titular de la SRNYMA, Claudia Hernández Espino, aseguró que desde el año pasado se tuvo conocimiento de la producción de carbón a través de la cáscara de coco, debido a las quejas de los vecinos que se recibieron en le institución, así como de la Policía Ambiental, por lo que se acudió al lugar donde lo primero que observaron fue la acumulación de partículas al aire que generan malos olores durante el proceso de combustión.
Asimismo se tiene una acumulación de material orgánico que se utiliza para el proceso de la elaboración del carbón, sin embargo esto promueve la presencia de fauna nociva, por lo que se procedió a la clausura desde el año pasado.
“Dialogamos con la persona, se le orientó y se le dijo que había que tramitar todos sus permisos para poder llevar a cabo la actividad industrial que él realiza. No cuenta con licencia ambiental única, no cuenta con cédula de operación anual, con un programa de manejo”, argumentó Hernández Espino.
Consideró que si bien el método que él utiliza genera menos contaminación que otro tipo de procedimiento, pero ante la existencia del proceso de combustión, se producen emisiones de partículas y éstas deben ser suspendidas ya que se encuentra en una zona habitacional, de ahí que el primer requisito que se le pide es su uso de suelo y no cuenta el mismo.
Explicó que la empresa se puede regularizar sin ningún problema, siempre y cuando se ubique en otro lugar en donde las emisiones producidas por la combustión no sean un problema para la población.
“La Secretaría en ningún momento se niega a apoyarlo, sí estamos en toda la disposición de regularizarlo, pero él tendría que cumplir con todos los requisitos que marca la propia normatividad”, dijo, luego de descartar el presunto acoso que Juan Manuel Covarrubias, dice tener por parte de la dependencia estatal.