¿Con quién viene?, ¿a qué viene?, ¿cuál es su asunto?, ¡bueno pásele!
Con cuestionamientos y expresiones como los antes descritos, mismos que se formulan a través de una reja metálica (la gráfica así lo demuestra), mientras que la víctima espera ser atendida prácticamente en la calle, un elemento varón de la Policía Investigadora de Delitos (PID) es quien recibe a las mujeres que buscan auxilio en el Centro Estatal de Justicia para la Mujer.
Lo anterior pudo ser constatado por el reportero de El Sol de Durango, al intentar obtener información de la citada dependencia.
Sin embargo, luego de transcurrir algunos minutos mientras que el redactor de este cotidiano hizo antesala en la vía pública, con el fin de realizar la entrevista respecto a los casos de violencia que ahí se atienden, mismos que de acuerdo con dependencias y observatorios, se han incrementado durante el periodo de la contingencia sanitaria.
En el ínter, arribó hasta el sitio una mujer quien dijo necesitar el servicio de atención ante una circunstancia complicada a la que se enfrentaba en su entorno familiar, misma que se añade a un padecimiento de salud que sufre.
Fue entonces que el guardia, con un trato contrario a las especificaciones sobre cómo debe comportarse la autoridad ante una persona violentada que busca ayuda por parte de la autoridad, comenzó el proceso de revictimización al cuestionarla sobre a quién buscaba y los motivos por los que acudía, todo esto mientras ella espera en la vía pública.
La mujer explicó que se sentía agotada porque un día anterior había sido sometida a un tratamiento de quimioterapia, cuyo argumento finalmente convenció al vigilante quien finalmente la dejó ingresar.
Un par de testimonios más aportados por personas que hacían antesala en la calle confirmaron el trato irregular y poco empático, que brinda el elemento de seguridad a las mujeres quienes acuden por una situación de violencia, principalmente en el hogar.