Dentro de un mes exactamente, el próximo 8 de abril, Durango y otras partes del mundo serán participes de un importante fenómeno astronómico que no se volverá a repetir hasta el próximo año 2133, en el mes de mayo. Se trata de un Eclipse Solar Total que, literal, es la única oportunidad en la vida para disfrutar de este evento natural.
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De visita en la capital duranguense para brindar más detalles de lo que este fenómeno representa y su importancia, el presidente del Grupo Astronómico BACAB, Ernesto Cobos González, resaltó que el estado de Durango cuenta con un cielo limpio, lo que resulta ser una buena herramienta para observar bajo una visión más transparente el Eclipse Solar Total.
A la par es importante resaltar que será el municipio de Nazas en el que se tenga un mayor espectáculo, cuando se haga de noche.
“Su cielo es espectacular, no tiene casi nada de contaminación, eso va a hacer que se tenga una visión muy transparente de algo que en otros lugares no se va a ver así, no se puede. Durango tiene las cualidades necesarias para poder observar perfectamente el eclipse”.
“Que nosotros podamos vivir y compartir en nuestras casas, con nuestras familias, porque este evento viene a nuestra casa, lo podemos disfrutar, porque se nos va a hacer de noche”, declaró por su parte José Betancourt Hernández, director del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Durango (COCyTED).
¿Cuándo fue el último fenómeno en Durango?
La última vez que se vivió en Durango este fenómeno fue el 10 de septiembre de 1923, específicamente en la comunidad Pasaje, en el municipio de Cuencamé, y en Yerbanís, comunidad de Peñón Blanco.
En aquel momento se tuvo la visita de una asociación astronómica de México, pero también alemanes que traían la misión especial encomendada por Albert Einstein para a través de este fenómeno confirmar la teoría de la relatividad.
En ambas comunidades dejaron testimonios valiosos, como el caso de dos telescopios de última tecnología, pero de eso no quedó nada, desapareció. Solamente existe en una propiedad de Yerbanís un montículo, pero no quedó testimonio.