Las cuales podrán recibir hasta el 50% de su capacidad total que varía en cada una, también deberán hacer la celebración de una manera diferente por la cuestión de la pandemia, evitando el contacto físico, y con la opción de llevar ceniza a su familia.
El Padre Noé Soto vocero de la Arquidiócesis de Durango, manifestó que está celebración llega a todos los lugares en la entidad, incluso a los más alejados y 100% rurales, a cada Parroquia corresponden hasta 20 capillas, por eso además de los sacerdotes se cuenta con el apoyo de ministros extraordinarios que hacen la imposición de ceniza y que con anterioridad conocen el protocolo que se debe seguir por las determinaciones de sanidad.
Dentro de los protocolos a seguir para este día por pandemia, es que los sacerdotes deberán evitar el contacto físico con los fieles, la cruz de ceniza no se impondrá sobre la frente sino sobre la cabeza, la persona que asista podrá recibir un poco de ceniza bendecida para llevar a sus familiares, se ofrecerán pequeñas bolsas con una cantidad mínima o podrán llevar un pequeño recipiente.
Reconoció que los adultos mayores usualmente son los primeros que asisten a tomar la ceniza, y en caso de asistir se recibirán con todos los protocolos y cuidados pues no se les puede prohibir la entrada, pero se les suplica tanto ellos como personas vulnerables y niños participen de la celebración desde su casa.
Pueden seguir la misa por redes sociales y aceptar que un familiar les lleve la ceniza, pues se le dará una guía para ser aplicada. En la capital se encuentran 68 templos y de los cuales los sacerdotes correspondientes se encuentran activos y realizaran esta celebración, más el apoyo de los ministros en las localidades alejadas.
Con la celebración del miércoles de ceniza se inaugura la Cuaresma, y marca el camino de 40 días para poder llegar a la pascua de una manera digna y recordar la resurrección de Jesús, para prepararse se pide oración, ayuno y limosna.
Explicó de estas virtudes, que el ayuno ayuda a estar bien con uno mismo, y no solo se debe privar de alimento, sino de todo lo que no conviene en la vida o es negativo, mientras que con la oración se alimenta el espíritu y se está bien con Dios, con la limosna es la oportunidad de ayudar al prójimo y estar bien con los demás.