A finales de 2018 el Congreso del Estado buscó prohibir la entrega de bolsas de plástico en los comercios del estado, esto con el propósito de reducir su uso y con esto la huella de contaminación generada al medio ambiente, sin embargo aunque durante los primeros años de su entrada en vigor los establecimientos cumplieron con esta medida, a la fecha son pocos los que continúan respetando la medida.
Ante esto la empresaria Karla Aldaba Rosales, quien cuenta con una tienda dedicada a la fabricación y venta de materiales ecológicos, señaló que no se ha visto reflejada esta medida pues a seis años de haberse aprobado esta prohibición, apenas se ha tenido un incremento del 30 por ciento en el uso de este tipo de materiales en el comercio.
Explicó que durante 2017 y 2018, años en los que apenas iniciaba operaciones la Comercializadora Ecológica del Guadiana, empresa que es de su propiedad, se tuvieron altas ventas, pues todos los comerciantes buscaban las bolsas ecológicas para empacar su mercancía.
Incluso durante la pandemia también se tuvo una respuesta positiva, sobre todo de parte de los negocios de comida, pues esta era vendida a domicilio, en comparación con otro tipo de comercio que se vieron obligados a detener su actividad y cerrar sus puertas.
“Ahora estamos retomando, porque el año pasado sí tuvimos una baja de venta de este tipo de productos, y este año lo hemos empezado muy bien, como que otra vez estamos volviendo a agarrar ese compromiso con el medio ambiente”, comentó.
Aldaba Rosales, aseguró que las bolsas reciclables de tela, además de las ecológicas biodegradable, cuya característica es que se degrada en 18 meses, son muy solicitadas por negocios desde zapaterías, hasta supermercados y restaurantes, “en Durango tenemos clientes de todo tipo de negocios que están muy comprometidos con el cuidado del medio ambiente”, dijo.
Sin embargo reconoció que el costo de este tipo de empaques hechos de material reciclado son 300 por ciento más altos, pues mientras que una bolsa de plástico normal se habla de centavos, mientras que una pieza de una bolsa tamaño camiseta pero fabricada con papel kraft , tiene un costo de entre tres y cuatro pesos la pieza.
De ahí que muchos de los comerciantes prefieran continuar con los empaques tradicionales, aunque la huella ecológica que dejen sea a muy largo plazo, pues se estima que una bolsa de plástico tarda hasta 400 años en degradarse.
Tras las reformas realizadas a la Ley de Gestión Ambiental Sustentable para el Estado de Durango, en noviembre de 2022, establece en el Artículo 108 Bis, “se prohíbe a toda persona física o moral proporcionar plástico de un solo uso de manera gratuita u onerosa”; aquí se contemplan bolsas, vasos y cubiertos de plástico; así como charolas, vasos y platos de unicel; además de popotes.
Por lo que Karla Aldaba, considera que es urgente hacer valer estas restricciones, pues es un beneficio a mediano y largo plazo, “si lo empezamos ahorita, a nuestros hijos y a las generaciones futuras, le vamos a dejar un mejor Durango”, dijo.