Cerca de mil 200 indígenas menores de un año se encuadran en situación crítica debido a que sus madres fueron despedidas de sus empleos o no pueden vender sus artesanías en la vía pública.
Janeth Payán, presidente de la Fundación Semilla explicó que dicha asociación cuenta con un padrón de 300 familias asentadas en la ciudad, cada una con un promedio de cuatro hijos, quienes son los más vulnerables ante la pandemia que azota a la entidad.
Explica que la situación es crítica para estas familias, ya que la mayoría de ellas salen de sus comunidades y han hecho un esfuerzo enorme para adaptarse a la ciudad, pero con la llegada del Covid-19 las artesanas han dejado de vender, las señoras que consiguieron trabajo haciendo gorditas las han despedido e incluso a las que laboraban en las tareas de limpieza.
“Todas ellas viven al día y tener más de cinco semanas sin recibir ingresos, ha generado una situación crítica para ellas y sobre todo para los menores”, dijo la activista.
Previo a la entrega de más de 300 despensas, las cuales suman dos mil desde que inició la contingencia, Janeth Payán señaló la importancia de la solidaridad en este tiempo ya que el contagio por este virus está en ascenso en la entidad y dentro de poco la situación se tornará más crítica, sobre todo para la población indígena.
Añadió que las familias migrantes son las más vulnerables a contraer el virus y urgió en la necesidad de implementar medidas para que sean concientizados sobre la pandemia.
“Es complicado el tema de la sanidad, debido a que la información les llega tarde, muchos no tienen acceso a redes o televisión y desconocen el alcance de la pandemia, existe información en su idioma pero no acceden a el”, resaltó .
La fundadora de Semilla llamó a población a consumir el trabajo de las artesas, quienes en un esfuerzo por tener algún ingreso ofertan cubrebocas con bordados tepehuanos.
Al ser cuestionada sobre los 90 menores que resguarda la fundación explicó que al decretarse la cuarentena en el estado muchas familias se fueron a la sierra, ya que allá es un ambiente menos riesgoso y solo 30 niñas y niños quedaron a su cargo, quienes de la mano de maestras avanzan en la educación y la compresión de la pandemia.
Para apadrinar a un menor son necesarios solo cuatro pesos al día, 120 pesos al mes, con ello se ayuda para que un niño o niña tenga un lugar donde vivir, ropa, productos de higiene, alimentación y educación, finalizó, Janeth Payán.