La Tambora, los violines, el acordeón, las trompetas, y guitarras, sonaron a una solo son. Desesperados buscan el apoyo de las autoridades ante el confinamiento que se vive por el Covid-19 y con esto el cierre de sus fuentes de trabajo.
El corazón de la ciudad fue el punto indicado para que cerca de 300 músicos llevaran sus notas con temas memorables para los durangueños.
Fue en punto de las 11:30 horas que arribaron con instrumentos al hombro, mujeres y hombres que dedican su vida a la música. Las notas del cielito lindo irrumpieron el silencio del centro de la ciudad con las voces de los mariachis que noche a noche se instalaban sobre la Avenida 20 de Noviembre y a casi dos meses de la llegada de la pandemia han dejado de laborar.
A nombre de los más de 700 músicos, Víctor Castorena Campos, dejó claro la necesidad que tiene por llevar sustento a sus hogares, “se lo gritamos al gobernador y a los que nos representan, que nos den lo que bien nos pertenece, que no se olviden que les alegramos desde sus campañas hasta sus fiesta y siempre se nos regateó hasta el precio”.
Agregó que son un gremio olvido, y actualmente el 70% no tienen otra fuente de ingresos, y debido a que serán los últimos en regresar a la vida cotidiana por no ser esenciales exigen apoyos.
“No sacaríamos firmas, ni haremos plantones, solo haremos ruido para que nos escuchen”, dijo Castorena Campos al término de las mañanitas que fueron interpretadas para todas las mamás que el próximo 10 de mayo no tendrán serenata.
Por su parte, Ángel Alvarado a nombre de los mariachis exigió que los dejen laborar el 9 y 10 de mayo, “estamos conscientes de los tiempos difíciles, pero necesitamos llevar alimento a la casa, estos dos días son buenos para nosotros, sabemos las medidas que debemos seguir, una serenata de la calle no perjudicará a nadie”.
Cielito lindo, El Sauce y la Palma, fueron algunos temas que interpretaron los músicos durangueños quienes culminaron con el tradicional corrido a Durango en espera de una repuesta por parte de las autoridades.