Una pequeña puerta de madera situada por la calle Negrete, en el corazón del Centro Histórico de la ciudad de Durango nos transporta al Siglo XVIII, es ahí donde inicia un recorrido a través de piezas que cuentan la vida y plegarias de la sociedad de aquella época, quienes dejan un legado cultural consolidado para el conocimiento y disfrute de las nuevas generaciones.
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La Galería Episcopal de la catedral Basílica Menor es un punto que propios y extraños deben conocer, su director Gerardo Juárez, dio a conocer que en las ocho salas de las que consta este recinto, los visitantes podrán encontrar obra de reconocidos artistas como José Juárez, Luis Juárez, Antonio de Aguilera, Miguel Cabrera, Patricio Morlete Ruiz, entre muchos más, así como el segundo Tenebrario más grande del mundo.
El arte sacro está presente en más de 500 piezas que en voz de los guías narran la historia del reino de la Nueva Vizcaya, expuso el director de la Galería. Es así como 20 escalones dividen la entrada a una experiencia llena de conocimiento, arte único y piezas creadas para una sociedad amante de la cultura, el arte y la historia.
Al ingresar al recinto, se impone el Tenebrario de 4.5 metros al centro de la sala, custodiado por el oleo de Nuestra Señora de la Salud, proveniente de Roma, que data del año 1500.
Con un estilo mudéjar, el Tenebrario se compone de una mezcla de arte español y árabe, es el segundo más grande del mundo, y según los datos históricos, este era encendido el Viernes Santo a las 15:00 horas en la Catedral Basílica Menor.
Las velas colocadas en un equilátero perfecto, eran encendidas una por una por el ostiario (Cristiano que ha recibido la primera de las órdenes sacerdotales menores que otorga la Iglesia), cada luz indica una estación del Vía Crucis y la vela principal significa la luz de Cristo, que ilumina las tinieblas, se cree que al apagarse, el mundo queda en tinieblas, en tristeza, por eso se volvía a encender para la resurrección el sábado por la tarde noche, según cuenta Gerardo Juárez.
Pero esta no es la única sorpresa que guarda la Galería, pues el arte funerario está presente con el tributo santoral de San Valentín, arte hiperrealista del Siglo XIX que consta del esqueleto forrado con cera de castilla, el cual llegó al reino de la Nueva Vizcaya, al ser comprado por el católico cristiano duranguense para el culto.
El edificio cuenta con salas que albergan piezas como la cabeza de la escultura de San Miguel, que se encontraba en lo alto de la Catedral Basílica Menor y fue rebanada por un rayo en 1999, dicha pieza es obra de artesanos tepehuanos cuando se construyó el edificio.
De igual forma, la música no está exenta y en la sala coral se exhibe la mayor colección de música sacra a nivel mundial, son 67 libros de cantos gregorianos, creados específicamente para ser interpretados en los órganos tubulares que se encuentran en el Sotacoro (lugar o espacio techado que se encuentra debajo del coro de una iglesia), cada libro pesa de 25 a 40 kilogramos.
Recorrer los pasillos de la Galería y la Catedral es una experiencia que debe vivirse al menos una vez en la vida, pues será aquí donde se descubra el pasado y presente de la historia de Durango, esa que identifica a cientos de fieles católicos y aquellos que no lo son, pero gozan de la cultura y el arte.
¿Sabías que justo debajo los pisos de la catedral y calles aledañas hay más de 20 mil personas sepultadas, además de objetos litúrgicos?, estos datos y más podrás conocer al visitarla, por lo que durante estas vacaciones se abrirá todos de lunes a domingo de 10:00 a 19:00 horas, con un costo de entrada de tan solo 20 pesos para los adultos y cinco pesos en el caso de menores de edad.
¡No dejes de disfrutar esta experiencia!