Como muchos prestadores de servicio cuyo ingreso depende de la asistencia a sus establecimientos, los gimnasios se han visto severamente afectados en esta pandemia porque están obligados a cerrar las instalaciones y lo peor es que continúa la incertidumbre porque aún no se sabe cuándo puedan volver a trabajar, refirió Ulises Gamero, al reconocer que en esta crisis ya han quebrado cinco de estos negocios y clausurado al menos unos 10 en Durango capital.
El propietario y entrenador en un gimnasio local, reconoció que este sector de la economía duranguense realmente se las han visto negras durante los últimos 100 días, etapa en la que debido al tipo de actividad que desarrollan de mucho contacto físico, han tenido que mantener cerradas sus puertas por indicaciones de la autoridad sanitaria.
Indicó que en esta capital operan decenas de gimnasios que prestan sus servicios en especialidades deportivas como artes marciales, artes marciales mixtas, boxeo, pesas y cardio, así como Cross fit; todos han tenido que cerrar.
Aunque por necesidad y ser el único sustento que tienen para sobrevivir, algunos se han arriesgado a trabajar a puerta cerrada con la consecuencia de ser clausurados, al menos 10 en este difícil periodo.
La realidad es que ya no encuentran la forma en la que puedan salir de esta crisis y algunos gimnasios se han ido a la quiebra, se sabe que a nivel nacional ya cerraron de manera definitiva cerca de 200 establecimientos y en esta ciudad la cifra asciende a cinco e incluso en algunos casos vendieron muchos de los aparatos para ejercitarse.
Indicó que de acuerdo con el semáforo epidemiológico, los gimnasios al igual que quienes se dedican a los eventos sociales, serán los últimos en abrir sus puertas y hasta ahora, por las condiciones que se presentan en la elevación del número de contagios, se desconoce cuándo existan las condiciones para que se les permita volver a trabajar.
Sin embargo, reconoció que en medio de esta crisis que les ha afectado como a muchos otros prestadores de servicios, un grupo de propietarios se han unido para buscar apoyos con créditos que les permitan seguir vigentes en tanto se levanta la prohibición.
Si bien la mayoría de los entrenadores no trabajan en estos momentos, quienes poseen un gimnasio tienen que pagar en algunos casos la renta del local, así como su mantenimiento y servicios como la luz y agua a pesar de no tener ingresos.
Reiteró que en esa búsqueda de ayuda han encontrado eco en las autoridades a nivel federal, por lo pronto logaron que se les autoricen créditos por seis mil pesos, incluso con posibilidades de aumentar hasta 25 mil, mismos que serán entregados próximamente.
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