Grave, situación de ganaderos: Diputado

Puntualizó que la falta de lluvia secó los agostaderos y la mayoría de los animales perdían gran cantidad de peso, pero lamentablemente la falta de alimentación a miles de ellos, los llevó a la muerte

Juan Pablo Hernández | El Sol de Durango

  · sábado 29 de febrero de 2020

Foto: Cortesía | Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural

La situación del sector ganadero es grave, por lo que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, tiene que liberar a la brevedad posible los recursos para apoyar la alimentación del ganado en el Estado, toda vez que su demora puede ocasionar daños irreversibles en los hatos, consideró el presidente de la Comisión de Asuntos Agrícolas y Ganaderos, Francisco Ibarra Jáquez.

“El sector ganadero no soportaría un embate más a sus procesos, y mucho menos causado por la burocracia gubernamental, por ello, desde aquí, apelamos a la sensibilidad de nuestras autoridades para que se solidaricen con este sector que tanto beneficio le trae a la economía de nuestro Estado”, resaltó.

Durante la sesión ordinaria, Ibarra Jáquez informó que se tiene un registro de más de 30 mil cabezas de ganado muertas el año pasado, zonas sin pastizales y animales con desnutrición severa, resultado de la prolongada sequía que se vive en la entidad.

“Las afectaciones fueron muy severas en 29 municipios, en las regiones de los valles, el semi desierto y el norte”, comunicó el representante popular.

Al respecto, calificó como triste la situación que prevalece en Durango, ya que muchos campesinos alimentan a su ganado de nopal y maguey, por lo que las autoridades deben apoyarlos con suplemento alimenticio, lo cual no debe pasar del mes de marzo, por la sequía que se viene arrastrando.

Puntualizó que la falta de lluvia secó los agostaderos y la mayoría de los animales perdían gran cantidad de peso, pero lamentablemente la falta de alimentación a miles de ellos, los llevó a la muerte.

Finalmente, Ibarra Jáquez explicó que en la ganadería el impacto inicial de la sequía se percibe en la reducción del forraje disponible y, posteriormente, en la disminución de su producción, misma que se refleja en el peso del ganado, sus tasas de reproducción y en la producción de leche.