Jesús Alvarado Zamora ha sido comerciante toda su vida, pues luego de vender caramelos de menta y melcochas rellenas de cacahuate, al ser el negocio de sus padres, se dedicó entonces a la venta de palomitas de cedazo ya en compañía de su esposa María del Rosario Bañales Regalado; y juntos desde hace 34 años son los creadores de las famosas y ya tradicionales Papitas “La Feca”.
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Su historia comienza cuando el señor Jesús ayudaba a su padre en la venta de dulces, “era muy tradicional que nuestros dulces se vendían mucho en el panteón, y se vendían para el día 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe. Teníamos puestos en el panteón, y en el Santuario, vendíamos también en el Mercado Gómez Palacio, Central Camionera, y nos íbamos a los ranchitos a hacerle la lucha de vender nuestros caramelos”.
Al paso de los años esto cambió, pues la edad de su padre ya no le permitió seguir trabajando, pero sí ayudó económicamente a cada hijo para que emprendieran su propio negocio; así, Alvarado Zamora incursionó en la venta de palomitas de cedazo, luego que vio que un señor vendía en la esquina de las calles Victoria y 5 de Febrero, en la Zona Centro, el cual era muy popular.
“Me dio la tentación que si él podía hacer las cosas, yo también podía. Me di a la tarea de hacer la lucha, mi esposa y yo empezamos a hacer palomitas, gracias a Dios nos enseñamos, empezamos en la esquina de Carlos León de la Peña y 5 de Febrero, ahí donde estaba la mueblería La Escondida, ahí duramos como unos tres años”.
Enseguida decidieron irse al exterior de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración, también con la venta de palomitas en un triciclo, negocio que “pegó” muy bien. “En las piletas que están ahí fuera de la Feca empezamos nosotros, mi esposa y su servidor. Eran palomitas en cedazo y con mantequilla, las preparábamos como la gente nos la pedía, duramos como 15 años trabajando las palomitas”.
“En una ocasión a mi esposa le da la curiosidad de hacer papa frita, y nos dedicamos a hacerlas, y empezamos y gracias a mi padre Dios que nos ayudó y le dimos al negocio. Vendíamos en una rejita, y mi esposa llevaba alrededor de 22 o 24 bolsitas, su servidor llevaba otra caja con otro tanto de papitas. Yo me ponía bajando las escaleras de la Feca, y mi esposa a la salida de la escuela de Derecho”, comentó él.
María del Rosario por su parte cuenta que ella sola fue aprendiendo, se trató de prueba y error, incluso hubo momentos en que desistió, pero al día siguiente, las ganas volvían a ella para seguir en la lucha.
“Empecé a hacerla, yo sola me enseñé, primero sí batallé, no sabíamos ni de qué papá comprar, a la buena de Dios compramos papas, mi suegro nos regaló un cazo de cobre que tenía, y unas sí me salían, otras se me quemaban, como que me di por vencida, porque dijo ‘no me salen’”.
“Me dio sentimiento que le traje la charola que me había salido, a mi hijo para que me ayudara a empacarla, y se salió con la charola para irse a conmigo, y se le tiraron en la arena, y un perrito se las comió., dijo ‘ya no’, pero al día siguiente pensé que tenía que poder. Sí batalle mucho, porque tiene sus tiempos”.
Según narran, poco a poco el negocio fue creciendo, y se dieron cuenta porque fueron subiendo en el número de bolsas que llevaban para vender; llegaron a 30 y hasta 40 bolsitas cada uno. Emocionados con el negocio que ya les resultaba mejor, Jesús Alvarado Zamora le pidió a su padre un camioncito que tenía, mismo que les fue regalado.
La idea del matrimonio era hacer las papitas al interior del mismo camioncito, lo que resultó ser la mejor decisión, pues la gente se sintió atraída de ver cómo las papitas eran recién hechas. Bañales Regalado contó que el camión lo instalaron a la mitad, entre la Feca y la Facultad de Derecho.
“…con una suerte que mi padre Dios nos dio, que empezábamos a las 12:00 del mediodía, y acabábamos a las 2:00 de la mañana. Dios nos dio buena suerte, buena fortuna, porque se dieron las papas tan tradicionales que son las mejores de Durango”: Alvarado Zamora.
Crecimiento
El equipo que han formado María del Rosario y Jesús Alvarado ha logrado el crecimiento de su negocio, gracias al sabor de sus papas tradicionales. El avance ha sido tal que después de aprender a freír las papas en cazo, ahora ya aprendieron a manejar maquinaria, la cual echan a andar diariamente para consentir a su público.
“Al principio yo no quería, pero nos dijeron de una maquinaría y fuimos a Guadalajara a conseguirla, allá la compramos, y empezamos a hacerla así. Ya avanzamos porque sí es mucho trabajo, es pesado, duele mucha la espalda!.
El secreto
Según considera Alvarado Zamora, el secreto para gustar tanto al público duranguense, es que sí son diferentes a otras, éstas siempre estarán crujientes. “Siempre tronarán, aunque estén bien remojaditas de su salsa, siempre tronarán, y sus salsas caseras son tradicionales, quien vaya, regresa, porque regresa”.
Pero, también todo depende de la mano de María del Rosario Bañales Regalado, quien encontró el punto exacto al momento de preparar esta papa; además, es la mente maestra en las adictivas salsas.
“Iniciar cualquier negocio es bueno, y entre más le pongan atención, su negocio va a subir”.
¿Por qué enamoran tanto estas papitas?
La experiencia que se ofrece en las Papitas “La Feca” del camioncito amarillo es todo un arte, “tenemos ya la tradición que son famosas, tenemos de las tres salsas, una que pica, una que no pica, y una que pica más o menos”.
Las papitas, que hay diversas presentaciones, llevan salsa inglesa, jugo maggi, clamato, limón, y al gusto se le pone salsa casera, de aguacate, habanera, valentina, y muchas más, “la salsa cada quien le pone a su gusto, no los andamos limitando”.
¿Dónde están?
Las papitas originales se encuentran en el camioncito amarillo de la esquina de la Feca, en un horario de 11:00 de la mañana a 22:00 horas entre semana, y los sábados y domingos de 14:30 horas a 22:00.
Pero también ya tienen sucursales, pues hay un nuevo puesto en el Parque Perrón, frente a la Facultad de Medicina, y también en la calle Santo Domingo, número 120, en la colonia 8 de Septiembre, en un horario de 18:00 a 22:00 horas.
María del Rosario y Jesús Alvarado son el claro ejemplo que sí se puede, y que en equipo es mejor; ¡Felicidades! y gracias por consentir al paladar de los duranguenses.