Con una inversión de 28 mil millones de pesos, alrededor de 12 años demoró la construcción de la supercarretera Durango-Mazatlán, una de las rúas más importantes y transitadas en el país por la conectividad que representa, y en ella se edificó el Puente Baluarte, una imponente y emblemática obra.
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Se trata de un puente colgante con una longitud de mil 124 metros, lo que lo hacen ser considerado uno de los puentes colgantes más largos de América Latina. Pero también es uno de los puentes atirantados más altos del continente, con una altura máxima que alcanza los 402 metros.
Esta obra puede admirarse al trasladarse de Durango a Mazatlán, Sinaloa, por la rúa de peaje, la cual brinda además bellos paisajes y escenarios, pues cruza la Sierra Madre Occidental en una distancia de 230 kilómetros, pasando por decenas de túneles, siendo el llamado El Sinaloense el más grande de la “súper”, pero el segundo más largo de todo el país, con 2.8 kilómetros.
Esta enorme estructura se sostiene por un total de 152 tirantes de acero, además, según se puede leer en la web, solamente para la construcción de este puente atirantado se requirió de dos mil 035 millones de pesos, cuatro años de labores y el esfuerzo de mil 500 personas.
Inicialmente se buscaba inaugurarlo en el año 2010, cuando se cumplían 200 años de la Independencia de México, pero, se retrasó y la inauguración de toda la obra ocurrió hasta en octubre del 2013.
Exactamente el 17 de octubre del 2013 comenzó a estar en funcionamiento la supercarretera Durango-Mazatlán; fue inaugurada por el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, y quien gobernó Durango en aquel año, Jorge Herrera Caldera. La “súper” ha sido considerada como una de las obras más caras y complejas en México.