Para el presidente de la Asociación de Padres de Familia Interfac, Hugo Delgado, el relajamiento que ha ocurrido desde el seno familiar en términos de la aplicación de reglas estrictas en el ámbito social, sobre todo en lo referente al respeto a sí mismo y a los demás, presenta saldos verdaderamente lamentables, pues hoy como nunca podemos ver en calles de nuestra ciudad un importante número de personas que han perdido el juicio y deambulan sin rumbo, en una cruda realidad en la que “debemos de reflexionar profundamente”.

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Expuso lo anterior, al referir el número de quejas interpuestas ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación –Conapred-, instancia en la que a nivel nacional se han registrado casi 500 exposiciones de igual número de ciudadanos, que se aducen discriminación por su aspecto físico.

En el reporte se habla de planteles escolares que han negado el acceso a los mismos a alumnos, precisamente por su manera de presentar su cabello, largo o pintado.

Al respecto, Hugo Delgado reconoció que en todos los planteles escolares, tanto públicos como privados, existen códigos o reglas relativas a la vestimenta y en general, a la presentación de los estudiantes, desde luego que varían éstas de acuerdo con las regiones o zonas del país y sus usos y costumbres.

Opinó al respecto, que siempre y cuando no se caiga en excesos, mismos que serían evidentes y obvios a la vista tanto de alumnos como de padres de familia, es importante que las reglas establecidas se cumplan, porque se trata de una manera de abonar a la educación cívica que debe instruirse desde el seno familiar.

Agregó que fenómenos como los suicidios, embarazos no deseados o a temprana edad, así como el consumo galopante de drogas, constituyen reacciones que corresponden seguramente al relajamiento de las normas de respeto, del civismo, etcétera.

Afirmó que nunca como ahora se pueden observar en las calles de nuestra ciudad, una cantidad importante de personas que, sobre todo por el consumo de sustancias prohibidas, como son las drogas sintéticas, simplemente han perdido el juicio, y deambulan por ahí sin rumbo, en una situación verdaderamente para lamentar.

De ahí que se hace necesario una reflexión profunda, pero más, un esfuerzo colectivo, para comenzar a revertir esta tendencia de una sociedad en decadencia, cuyos resultados saltan a la vista.