La mayor amenaza de los bosques son los recursos limitados que se han destinado para su protección; aunado a que parte de los ingresos de quienes se dedican a su preservación proviene precisamente de la actividad económica forestal, informó el presidente del Colegio de Ingenieros Industriales, Luis Fernando Uc Nájera, quien advirtió que es necesario buscar la manera de compensar a estas personas para evitar que se sigan talando esos árboles.
- Te puede interesar: Primeras lluvias son insuficientes para captación de agua en presas
“No estamos cuidando y atendiendo las llamadas fábricas de agua, es decir, las zonas boscosas”, dijo el especialista al insistir que poco servirá la caída de lluvias, ya que el agua escurre rápidamente, llevándose la capa vegetal que no es más que una cubierta compuesta por plantas, hierbas o gramíneas, que permite el deslizamiento del agua lentamente y con ello conservar la humedad tan importante para la recarga de acuíferos.
De acuerdo con los reportes de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNMA), en el primer semestre del año se presentaron 347 incendios forestales, mismos que dañaron una superficie de 69 mil 22 hectáreas, en su mayoría de material como hojarasca, arbustivo y herbáceo; todos estos indispensables para la conservación de la humedad y del ciclo del agua.
La zona metropolitana de Nuevo León y Ciudad de México, explicó que es un ejemplo de sobreexplotación, donde gran parte de su sostenimiento en materia de agua potable ha sido a través de acuíferos, “pero al igual que en Durango, están seriamente explotados”, dijo quien hace más de siete años se hacía cargo de la delegación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Sin embargo explicó que esta es la mejor fuente de abastecimiento de agua que se puede tener, si se tiene un buen manejo, “cuando empieza a descender el nivel se vuelve más costoso, va perdiendo calidad, la disponibilidad por habitante se reduce y entonces se vuelven proyectos muy importantes como el de la potabilizadora de Durango”, dijo.
Y es que si se extrae más de lo que se recarga, llegará el momento en el que el acuífero presentará deficiencias, por lo que con el proyecto de la Planta Potabilizadora que se construye actualmente en Durango, esta problemática es reversible, pues el volumen de extracción de las aguas superficiales a través de la Presa Guadalupe Victoria, coincide con el nivel de sobreexplotación.
Por lo que hasta el momento no se tendrá una recuperación, sino solo se alcanzará el equilibrio y con ello evitará que se continúe con la sobreexplotación de los mantos freáticos y permitirá su recuperación.
“Hace muy pocos años, el Ojo de agua del obispo era la fuente de abastecimiento de casi toda la ciudad, y ahora hay que sacar el agua a 250 metros de profundidad”, comentó, por lo que una vez que se cambie la fuente de abastecimiento para agua potable de la subterránea, por superficial, entonces se iniciará una verdadera recuperación del acuífero, misma que no es en una temporada de lluvias.
De ahí que era impostergable el proyecto de construcción de la Planta Potabilizadora de Agua superficial.
