"La arrogancia siempre nos alejará de Dios, mientras que la humildad ayuda a que derrame sus bendiciones y se una a nosotros mediante la oración silenciosa, dejando de lado la soberbia espiritual"; el llamado a todos los católicos es a ser humildes para estar cerca del Señor, así se refirió durante su homilía dominical el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez.
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Al encabezar la misa de cada domingo celebrada en la catedral basílica menor de la ciudad de Durango, el líder de la grey católica duranguense hizo un exhorto a los fieles para ser más humildes y estar en contacto directo con Dios mediante la oración.
En el marco del Día Mundial de las Misiones, Armendáriz Jiménez hizo énfasis sobre la necesidad de que todos los miembros de la iglesia salgan a predicar el Evangelio, pero resulta fundamental que se nutran por medio de la oración que nos eleva al plano espiritual, dejando los planes personales en manos de Dios.
Enfatizó en que la oración sirve para desenmascarar todo aquello que no sea de Dios, quitando lo que el Papa Francisco llama "soberbia espiritual", mediante la cual se antepone al yo sobre los demás, porque debe ser Jesús el que actúe a través de nosotros para hacer sus obras.
Para estar frente a Dios se debe dejar de lado cualquier soberbia espiritual como la de los fariseos en tiempos de Jesús, en cambio ser humilde y reconocerse pecador ante Dios, tal como lo hacía el publicano. "Dios mío, apiádate de mi porque soy un pobre pecador", así debe iniciarse el contacto con el creador y luego dar gracias por lo que se guste, puntualizó el prelado en su mensaje.
El reto que hoy presenta la iglesia a todos sus miembros es ser hombres y mujeres de oración, siempre hay que darse un tiempo para ello, porque es muy fácil decir que no se tiene tiempo para Dios en tanto que el gusto por la oración es clave en la vida cotidiana.
Aseveró que no se debe claudicar al mandato de Jesús, es necesario atenderlo en cada una de las parroquias aún a pesar de las tantas resistencias "adintra y adextra", en medio de los obstáculos que el demonio pone para alejarnos de El.