La historia se congela en una pequeña placa emulsionada con nitrato de plata justo en Durango, donde hace 460 años se fundó esta ciudad a los pies del cerro cuyo yacimiento se creía rico en dicho material, llamó la atención de su fundador, explorador español Francisco de Ibarra.
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Era 1843, la noticia de la muerte de Guadalupe Victoria, primer presidente de México y oriundo de Durango era el tema de la sobremesa en las casas de abolengo, donde también se celebraban fiestas en las que la fotografía era un tema en común, pues era una tendencia francesa que estaba de moda en aquellos años.
Hoy a 180 años de distancia, se puede seguir conociendo la historia de esta tierra rica en minerales, la cual narra su vida más allá del agua a través de imágenes que conserva la Fototeca del Archivo Histórico Municipal.
Con la aparición del daguerrotipo en Francia, la historia de las sociedades se escribió mediante imágenes y Durango no estuvo exento, fue la Familia Álvarez Balmaceda, quienes en 1843 contrataron al fotógrafo de origen alemán Eduardo J. Winder para un retrato familiar.
Acudieron hasta el estudio ubicado en la tercera calle de la Estampa de San Agustín, hoy calle Hidalgo, en el Centro Histórico de la ciudad, para solicitar sus servicios, y dejar registro de la vida que llevaban.
El retrato familiar costó 20 pesos oro, y casi 300 años después de haber sido tomado, hoy forma parte de las 25 mil fotografías que conforman la fototeca de este archivo lleno de historia.
Javier Andrés Ruiz Celis, encargado de la Fototeca, explicó que los archivos visuales ayudan a interpretar, conocer y recordar hechos y vivencias de Durango, es por ello que desde hace 25 años llevan a cabo el concurso de fotografía y documentos antiguos, el cual tiene el objetivo de recopilar la memoria de la ciudad.
El lujo de tener fotografías
Como es sabido, durante sus inicios, era difícil acceder a la fotografía ya que se consideraba un lujo destinado para las familias acaudaladas, quienes posaban por muchos minutos frente al lente del fotógrafo para obtener una imagen de ellos.
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Francisco Álvarez Balmaceda, quien aparece en el retrato en 1879, era el presidente del Ayuntamiento Constitucional de Durango, también ejerció el cargo de jefe de partido, y su familia estuvo emparentada con el segundo Obispo de Durango, Santiago Zubiría y Manzanera, narró Ruiz Celis.
Pero la Familia Álvarez Balmaceda no fue la única en Durango en hacer historia tras la imagen, pues Dolores Castañeda y su madre también quisieron ser parte de la tendencia en un estado emergente y por los mismos años decidieron imprimir su vida en un daguerrotipo, ellas eran familiares del Marcelino Castañeda, quien gobernó Durango de 1837 a 1839, además de ser senador, ministro de justicia y diputado del congreso constituyente.
De dicha imagen no se conoce quién fue el fotógrafo que la captó, explicó el encargado de la Fototeca, quien subrayó que en esa época la fotografía era cara y pocos tenían acceso a ella.
El Centro Histórico de la ciudad contiene la mayor cantidad de inmuebles históricos por lo que en 1982, el INAH declaró al centro de Durango como Zona de Monumentos Históricos, además de formar parte del conjunto de ciudades y poblados en el "Camino Real de Tierra Adentro", declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año 2010.
Sin embargo para llegar a ello, la arquitectura de la ciudad quedó plasmada en diversas placas de plata, de la primera que se tiene registro en el Archivo de la Ciudad es cuando se dio la segunda intervención francesa en México, y los militares franceses hicieron una parada en la plaza de Armas de Durango, un 4 de julio de 1864.
“De dicho suceso se tiene conocimiento que se hicieron varias tomas, pero el Archivo Histórico solo tiene clasificada la parada de los militares en la Plaza de Armas”, explicó el encargado de la Fototeca, quien aseguró que existe material fotográfico de la catedral y centro de Durango de 1847, el cual fue captado por fotógrafos norteamericanos y las imágenes originales se encuentran en manos de coleccionistas estadounidenses.
Fototeca resguarda tesoros fotográficos
Cesar Ávalos Morales, jefe del Archivo Histórico, indicó que la Fototeca tiene el objetivo de resguardar y clasificar el material fotográfico, en el que existen 25 mil imágenes, el 80% de ellas están impresas y se han generado durante la administración municipal del actual siglo, mientras que el otro 20 por ciento son fotografías que han llegado mediante el concurso de fotografía antigua que se lleva a cabo desde hace 25 años con el objetivo de concientizar a las personas para que no tiren los documentos y fotos con valor histórico.
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El encargado de la Fototeca narró que dicho espacio nació en 1999, al darse cuenta que en una empresa de reciclaje se detectaron imágenes del Porfiriato, desde edificios, hasta personajes importantes de la historia de México.
De ahí que se optó por realizar un concurso que conmemorará la fundación de la ciudad y a la vez incentive a que la ciudadanía participe y apoye en la recopilación de la memoria fotográfica de la ciudad.
Actualmente la Fototeca municipal cuenta con imágenes que datan del año 1843, hasta la década de 1890, las cuales están en formato digital ya que el fin es tener un archivo digitalizado, mientras que las piezas originales son entregadas a los dueños.
Por su parte Ávalos Morales, hizo énfasis en la importancia de los documentos, pues el Archivo tiene bajo custodia un escrito de 1713 que habla sobre la construcción de una bodega de grano, el cual está clasificado dentro del periodo colonial, de igual forma se tienen documentos de la intervención francesa, el Porfiriato, además de las actas que se generaban en el Cabildo y cuyo documento más antiguo es de 1787.
Ya sea en nitrato de plata, película 110 o formato digital, Durango sigue imprimiendo su historia y este 8 de julio celebra 460 años de haberse fundado.
