Cuando tenía 17 años de edad se casó con un duranguense al que conoció en su tierra, Brasil, sin embargo, se esperó hasta cumplir la mayoría de edad para viajar a Durango. Desde entonces, hace 17 años, Andrines Santos da Silva no abraza a los suyos, a su familia que se quedó en aquel país.
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“Desde hace 17 años no abrazo a mi familia, porque es algo caro, y entonces es difícil”.
La joven, que hoy tiene 35 años de edad, formó una familia en Durango, pues tiene dos hijos, un chico de 15 años de edad, y una niña de 11 años. Y aunque se separó de su primera pareja, volvió a encontrar el amor, también con un duranguense.
Andrines, quien es estudiante del Instituto Gastronómico Casserole, contó para El Sol de Durango que entró a esta carrera porque su sueño es poner un restaurante de comida autentica de Brasil, “para que prueben un poquito de mi país (…) me gustaría que sea realmente de Brasil, que ustedes puedan disfrutar de una y otra cara de la gastronomía de allá, que aquí no se conoce”.
“Por eso también quise estudiar gastronomía, para más adelante poner un negocio y sea más práctico que mis hijos puedan conocer a la familia”; en noviembre terminará su licenciatura.
Precisamente Casserole organizó en días pasadas, en el marco de la Semana del 35 Aniversario, el Festival del Mole, que además de este platillo, se tuvieron esculturas de chocolate y una exposición de fotografías gastronómicas, esto en Las Alamedas.
Fue ahí donde Santos da Silva participó con una escultura de chocolate, la cual fue en reconocimiento y recuerdo de su tierra. “Siempre intento manejar algo de mi país, entonces hoy hicimos un monumento que es el Cristo Redentor, y también hice otra escultura que es la bandera de Brasil, pues yo amo a mi país”.
Para hacer este trabajo con chocolate, la joven tardó cinco horas aproximadamente para terminar la escultura del Cristo Redentor, y una hora en la bandera.