Hablar de Durango y su historia, es hablar del corazón de México y hacer referencia a todo aquello que ya es tradición, que forma parte de la cotidianeidad y que se encuentra en el gusto de su gente. Hablar de Durango es hablar de negocios con riqueza en todos sus ámbitos, como Paletería La Perla, que lleva este nombre en honor a La Perla Tapatía, de donde son originarios sus dueños.
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Esta empresa arraigada y sólida es parte del Durango antiguo, pero se trata de un proyecto iniciado por un matrimonio que llegó de Mexticacán, Jalisco, la cuna del helado.
Según cuenta uno de los hijos de aquella pareja, José Ángel Ponce Rodríguez, cuando sus padres llegaron a Durango, en 1961, ya estaba Paletería La Excelsior y Paletería Regios, que ésta última aún existe.
“Nosotros nos hemos mantenido, la gente nos ha preferido por la calidad que estamos metiendo, tratando siempre de superar la calidad. Porque llegan de otros lados, pero no es la misma calidad, pero sí mucho más caro”.
En el año 1961, Gilberto Ponce Rodríguez (+) y Josefa Rodríguez Aranda (+) llegaron a la calle de Hidalgo y Hernández, fue en esa esquina donde empezó la paletería que hasta hoy sigue en marcha por impulso de la misma familia.
Más adelante en 1964 se cambiaron a Pereyra número 939, donde siguen todavía la venta de helados, paletas, y más.
Los famosos carritos paleteros
Uno de los pilares en las ventas de La Perla es a través de quienes recorren las calles en los famosos carritos, “andan para todos lados, por eso son ambulantes”.
Actualmente son 25 carritos que deambulan en las plazas, escuelas, colonias, ranchitos, que es a donde salen los paleteros a vender.
Es Guillermo Salvador Ponce Rodríguez el dueño de La Perla, el hijo más chico de ocho hermanos, “yo me quedé con el negocio desde el 2005”; él fue el encargado de inyectarle más creatividad, incluyendo más productos y nueva maquinaría, pues era lo que iba demandando la paletería. “El mismo negocio nos lo ha pedido”, pues al innovarse esto da un nuevo giro y más venta.
Han sido muchos los factores que mantienen a La Perla como la favorita, y es que además de la calidad, ellos fabrican todo, incluso su propia base del helado, la cual llega a ser demandada por otras paleterías. “De hecho aquí ahora vienen de otras paleterías a consumirnos la base para el helado”.
Guillermo Salvador comentó que si bien han logrado mantener en funciones y con éxito este negocio, sí han tenido momentos complicados, como cuando llegó la pandemia del COVID-19, la cual les cambió su dinámica de trabajo.
En ese momento, por la contingencia no hubo escuelas, y “las escuelas precisamente nos hacen fuertes, de hecho los carritos de paleta también son una entrada de dinero, y nos afectó mucho”.
La Perla tuvo que cerrar un tiempo, pues no había gente, tampoco los vendedores de los famosos carritos, pero en cuanto pasó la pandemia, nuevamente se activó el movimiento en la paletería.
- Paletería La Perla, con 63 años de historia, es una importante fuente de empleo; en la presente temporada dan trabajo a 30 personas, lo que impacta en el mismo número de familias.
José Ángel Ponce Rodríguez reconoció que en la temporada de frío baja un poco, e incluso algunos paleteros que son de edad avanzada dejan de comercializar. Son personas que “como no les dan trabajo en otro lado, se vienen aquí a buscar su sueldo vendiendo paletas”.
Nuevos retos
Guillermo Salvador reconoció que son muchos los retos y proyectos para La Perla. En su visión, dijo, si bien lo vendedores de carritos son una fuente principal de venta, no descarta que suceda lo que en otros estados, donde fueron retirados.
Al avizorar este escenario, ya tiene planes de cómo ejecutar una nueva idea para que La Perla siga en el gusto y al alcance del público duranguense.