Para el pedagogo crítico de origen argentino, Fernando Lázaro, en la coyuntura que vive actualmente América Latina, con la llegada de gobiernos progresistas, se vislumbra una oportunidad inmejorable para plantear el nuevo formato de la educación para el Continente y escuchar por fin la voz de los de abajo, de los que muchas veces estuvieron silenciados.
Fernando Lázaro, educador popular, docente de universidades públicas en Buenos Aires, investigador del tema educativo, quien se encuentra en Durango para tomar parte en el Primer encuentro pedagógico crítico social México-Argentina, subraya en charla para El Sol de Durango, que entre los efectos provocados por la pandemia, está la explicitación de las enormes desigualdades sociales que privan en el ámbito educativo de los países, donde existe una similitud importante entre México y Argentina.
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Por eso–afirma- creo que estamos en momento y en un contexto en América Latina sumamente interesante tras lo que ha ocurrido en Colombia y en Chile, con nuevos gobiernos progresistas que traen nuevas perspectivas; “y por ejemplo, hoy en México se está planteando la nueva escuela mexicana y me parece que es una oportunidad urgente de repensar y desnaturalizar ciertas cuestiones provenientes de una escuela positivista, que muchas veces está delineada por organismos internacionales, como el Banco Mundial, entre otras similares”.
Es momento de pensar en la nueva escuela a partir de las propias comunidades y los propios colectivos; “que desde ahí se genere el cambio, porque no es posible pensar en la transformación con puntos de vista unilateriales, porque hoy es importante escuchar la voz de los de abajo, de los que muchas veces estuvieron silenciados, comunidades indígenas, disidentes y de múltiples identidades de género”.
Hoy por hoy –reforzó- la educación tiene que modificarse porque si no nos quedamos en una lógica sumamente estructurada, de construir sentidos que sólo lo tienen dentro de la escuela y cuando uno sale a la calle es otra realidad; “es el desafío y la oportunidad para América Latina, atender estos procesos que se están viendo para poder empezar a repensar la educación”.