Miriam García Fricke es una empresaria duranguense que desde pequeña se planteó la posibilidad de generar fuentes de trabajo que dieran sustento a otras familias, y qué mejor que hacerlo con un grupo conformado sólo por mujeres a quienes todos los días les confía una plaza laboral no sólo por los resultados que ellas le brindan, sino por el compromiso y capacidad para realizar alguna tarea.
Y es que ellas no sólo brindan confianza al consumidor o usuario de algún producto o servicio, sino que el nivel de empatía que una mujer puede llegar a generar en un entorno, es mucho mayor que la provocada en un hombre, todo ello por una cuestión meramente biológica.
“El 80% de las veces que te atiende una mujer, como se enfoca mucho y observa tus características como cliente, se realiza una venta”, de ahí que en los giros comerciales encontremos detrás del mostrador a un rostro femenino, “por las mismas características de que somos mucho más sensoriales generamos más confianza”, comentó Miriam García, quien cuenta con tres empresas y en todas ha decidido dar toda su confianza a las mujeres.
Y es que como ella misma lo explica, “cuando las mujeres trabajamos con mujeres nos sentimos más acogidas, más comprendidas”. Y claro, al compartir el mismo sexo la posibilidad de relacionarse desde la empatía crece, porque al cumplir los mismos roles tanto en casa, como en el trabajo, es más fácil comprender los ciclos biológicos por los que pasa toda mujer, o bien cuando se presenta la situación de un hijo enfermo.
Y eso no lo es todo, aseguró que trabajar con una mujer es sinónimo de compromiso “yo nunca he escuchado que un varón venga y te diga ‘¿me das permiso de ausentarme dos o tres horas y te las pago mañana?’”. Las mujeres son multitareas, lo mismo cuidan a los hijos mientras contestan el teléfono con un cliente y atienden el tema de la comida.
El sentido de la responsabilidad, sin duda no lo cambia por nada e incluso durante un periodo de ausencia por incapacidad derivado de un alumbramiento, ella como empleadora les brinda todo su apoyo porque “fuera de una situación de este tipo, que además es comprensible, en lo personal no tengo ausencias por parte de ellas”, platica orgullosa.
Miriam tiene a su cargo a 60 mujeres trabajadoras, con quienes asegura el trabajo se vuelve ameno y cómodo, porque al final de cuentas, todas están conscientes de que trabajan en equipo y aunque existen algunas tareas que por diversas circunstancias deben ser realizadas por un hombre, las contrataciones siempre se realizan de manera externa.
“No es un tema de género, simplemente las mujeres necesitamos apoyarnos y unirnos. Buscar las mismas oportunidades en el sector empresarial”. Y es que en la actualidad existe la misma igualdad y apertura para establecer un negocio, sin importar el sexo de quien decida poner en marcha su proyecto, “Ya nos dimos cuenta de que todos podemos hacer lo mismo y tenemos las mismas capacidades”.
La empresaria duranguense celebra el terreno que ha ganado la mujer, no sólo en el ámbito empresarial, donde cada vez son más quienes se atreven a emprender; sino en otras esferas de poder, como en la administración pública donde Cabildos y el propio Congreso del Estado ya cuentan con una paridad de género en sus curules.
Lo mismo sucede en las cámaras empresariales, en las que ya existe un sano balance entre mujeres y hombres “porque cuando las mujeres y los hombres trabajan en conjunto, el resultado del esfuerzo es mucho mejor ya que mientras nosotras tenemos la parte sensorial, ellos tienen la fuerza y aplicados juntos, el resultado siempre es muy bueno”, y al terminar la frase, sonríe orgullosa de lo que ella y otros miles de mujeres han logrado para su comunidad.