La piel se pone chinita al escuchar los casos que abanderaron miles de mujeres este 8 de marzo, por el Día Internacional de la Mujer, en la marcha que como cada año partió del cruce de las calles Miguel de Cervantes Saavedra y avenida 20 de Noviembre, en el Centro Histórico de Durango.
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Uno de ellos fue el de Lupita Rojas Vázquez, quien tras ser reportada como desaparecida, siete días después fue encontrada sin vida en un automóvil abandonado, en el mes de octubre del año 2022.
Hoy, son sus tres amigas quienes levantan la voz por ella, quienes exigen justicia y quienes acudieron a la movilización de este viernes para recordar a todo Durango que el feminicidio de Lupita no ha tenido justicia, no hay responsables pagando por ello ni tampoco un avance en las instancias correspondientes.
Saira, Fátima y Dalmi, de negro y morado, se unieron al contingente con su amiga Lupita en el corazón y plasmada en una playera negra que vistió una cruz en color rosa.
“Exigiendo justicia para todas las mujeres y en especial para nuestra amiga Lupita Vázquez, la cual fue víctima de feminicidio y que hasta la fecha no hemos tenido resultados en cuanto a la búsqueda del feminicida y su cómplice”, declaró Dalmi.
La justicia se exige por Lupita, por su familia, por las lágrimas derramadas, sus hijos. Recordó que Lupita era una destacada emprendedora dedicada al estilismo, actividad a través de la cual colaboraba a levantar el autoestima de muchas mujeres, pero también la hacía de psicóloga escuchando a sus clientas y dándoles consejos. “Exigimos justicia por ella y por todas las mujeres que han vivido algún tipo de violencia”.
Saira por su parte con una mueca de tristeza y lágrimas contó cómo fue recibir la mala noticia, pues se encontraba trabajando en su negocio, una florería, pero tras el impacto emocional ya no pudo continuar.
“Cuando me entero que la mataron ya no pude seguir. Deje de vender las gerberas que más le gustaban a ella y le hicimos su corona”.
Fátima asegura que todos los sentimientos se conjuntan en un hecho trágico como éste, y al final es indescriptible. “A mí me tocó desde el día uno hasta el día en que la encontramos, fue muy frustrante, complicado, no tengo una palabra exacta para describir lo que sentí y viví”.
Dijo, es un trauma haber pasado por eso, ahora no tener presente a su amiga, y tener que estar luchando para que se haga justicia, cuando así tuvo que ser desde aquel día de octubre.
“Las personas que realmente la conocíamos, que sabíamos cómo estaba su relación, sabíamos que algo no estaban bien, y ya cuando la encontramos no era como que estuviéramos resignados, pero fue en parte un descanso, suena grotesco pero hubiera sido peor la incógnita de saber que pasó”.
Fueron siete largos días, sin comer, sin dormir, con la esperanza que Lupita apareciera con vida. En su lucha, aseguran que lo que se sabe del caso no fue gracias al trabajo de las autoridades, “fuimos parte de todo lo que se creó, de la búsqueda desde el día uno, pero si nosotros no nos hubiéramos movilizado como lo hicimos, para encontrar videos, evidencias, exigiendo la detención del presunto”.
Cuestionan el por qué si su pareja fue la última persona que estuvo con ella, y si éste fue ante las autoridades en medio de las investigaciones, “¿por qué no lo detuvieron, por qué no lo interrogaron?. Desde ahí se actuó mal, y todo el caso ha estado lleno de cosas que se dicen pero que no concuerdan con nada de lo que nosotros sabemos”.
Aseguran Saira, Dalmi y Fátima que su lucha no parará, “no nos van a callar, vamos a seguir exigiendo justicia”.