En lo que va del año se tiene un reporte de 242 duranguenses deportados de los Estados Unidos y el pasado cerró con poco más de 3 mil, según refirió Luis Ernesto García Barrón al reconocer que la política anti inmigrantes no se ha recrudecido, sin embargo ante la intimidación de que son objeto debido a la falta de documentos muchos de ellos prefieren abandonar el país por miedo.

Entrevistado al respecto, el director del Instituto Estatal de Apoyo al Migrante y su Familia, informó que en este año son 242 personas deportadas del vecino país que en su mayoría son originarios de la capital del estado. Asimismo indicó que la cifra exacta de deportaciones a duranguenses durante el 2018 ascendió a 3 mil 142.

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Reconoció que en el pasado, se les brindaba a las personas deportadas ayuda por medio del Fondo de Apoyo al Migrante que servía para la instalación de microempresas como papelerías, desponchadoras o cremerías; pequeños negocios. Sin embargo, dicho programa fue eliminado por parte de la Federación, aunque se buscará la manera de seguir con la entrega de recursos por parte del estado.

Así mismo, García Barrón indicó que una parte de los duranguenses deportados se acercan a este Instituto del Migrante para solicitar apoyo, es por ello que está en puerta la firma de un convenio con la Secretaría de Salud para brindarles atención médica y otro tipo de programas que se les pueda proporcionar con base a la posibilidad que otorgue las reglas de operación.

Respecto a la política migratoria que ha ejercido durante este gobierno el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que más que incremento a las deportaciones lo que se ha hecho desde campaña es sembrar el miedo, la zozobra en los migrantes sin documentos y eso ha causado que por el temor muchas personas decidan abandonar el país o “auto deportarse” antes que sean sorprendidos por la autoridad migratoria.

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Incluso el número de deportaciones no se ha visto incrementado de sobremanera. También indicó que se han detectado casos en donde las personas deportadas tuvieron que dejar a sus hijos allá por ser ciudadanos norteamericanos y a ellos se les ayuda para que puedan venir a México a reencontrarse con sus padres.