En lo que va del año se han iniciado 57 procesos judiciales en contra de adolescentes de 14 a 18 años, por diversos delitos, así lo dio a conocer el magistrado presidente del Tribunal para Menores Infractores del Poder Judicial de Durango, Álvaro Rodríguez Alcalá, quien señaló que en su mayoría llevan su proceso en libertad, pues el delito que prevalece es el de lesiones, el cual no amerita estar en internamiento.
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Explicó que más del 70 por ciento de estos jóvenes, han tenido por lo menos un acercamiento a las drogas legales e ilegales desde edades muy tempranas, teniendo como droga de inicio el alcohol, esto debido a que provienen de familias disfuncionales, en donde prevalece el abandono y la falta de límites.
De ahí que el Poder Judicial de Durango, cuenta con un programa de justicia terapéutica en donde se le da la opción al adolescente que cometió el delito por el que se le acusa bajo el influjo del alcohol o las drogas, cambiar su proceso jurídico por una terapia.
Actualmente cuatro adolescentes se encuentran atendidos bajo este esquema, uno de los cuales fue expulsado debido a una situación familiar, “el muchacho quería ser como el padre y el padre traía sus problemas, por eso no logró mantenerse y fue expulsado”, comentó. Sin embargo dos de estos se encuentran aún en el proceso y uno más acaba de graduarse.
“Este tipo de casos son muy emotivos porque después de andar en la delincuencia, en las drogas, en la calle viviendo solo, ahora tiene una familia, el día de la graduación vino su pareja, ella está embarazada y estaban viendo la posibilidad de casarse y formar una familia. Es decir, una verdadera reinserción”, dijo.
En este sentido, Rodríguez Alcalá, aseguró que es muy difícil que un adolescente que lleva un proceso judicial ya sea dentro o fuera del Centro de Tratamiento y Reinserción para Menores Infractores (CERTMI), pues están en proceso de formación.
“El tránsito por un sistema integral como el nuestro, es muy útil porque les da herramientas que no tenían y no sabían. Por ejemplo hay adolescentes que son buenos para estudiar, pero nunca habían tenido la oportunidad”, dijo al reconocer que es en esos lugares donde conocen sus habilidades.
De ahí que con un joven que logre reinsertarse y reintegrarse a la familia, “para nosotros es un caso de éxito”.
