Leo Santana, director de Dark Angel Tours y quien labora también en el Panteón de Oriente, cuenta para El Sol de Durango que con recurrencia se aparece una mujer en este recinto funerario, a quien define como un espíritu que no trae buenas intenciones.
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“Esta dama que se me apareció en una ocasión en una foto, se ha aparecido constantemente, y yo me atrevo a catalogarla a ella como uno de los espíritus más recurrentes del panteón, y a ella sí no la siento con buenas intenciones, es un espíritu que cuando se ha cruzado en mi camino, yo evito cruzarme en el de ella”.
Explica Leo Santana que no él no es el único que ha tenido experiencias con esta mujer, sino también veladores han expresado haberla visto, gente que participa en los tours, antiguos guías, etc.
Es una muchacha, “algo atractiva”, de alrededor de 20 y tantos años, encapuchada de negro y con un velo que le cubre el rostro, completamente enlutada.
Así se le apareció a un niño y su madre
Un señor de edad avanzada, casi octogenario, contó a Leo Santana que cuando era pequeño, en la década de los 50’s, iba al Panteón de Oriente con su mamá; ahí había un pozo, de donde llevaban agua a las tumbas.
“Él dice que entraron alrededor de las cuatro o cinco al panteón, y el guardia les dijo ‘váyanse pronto porque va a oscurecer’. Su mamá lo mandó por el agua, y ese niño a medio camino se topa a la misma dama que les cuento”.
La describió como una muchacha con un velo negro, y de mala vibra. “Me la han descrito tantas veces que tiene que ser la misma”, dice Leo Santana.
Cuando aquel niño la ve, la mujer en cuestión pegó un lamento terrible –no como el característico de la llorona- pero sí desgarrador, y enseguida muchas aves salen despavoridas.
“Cuando él se voltea su mamá le dice que regrese, mientras ella grita el Padre Nuestro, corre, lo abraza, y se van, y dejaron a la ‘aparecida’ a medio camino”.
Considera Leo Santana que algo tiene este espíritu que no está bien; quizá se pudo haber quedado anclado y se convirtió en un espectro.