Mujeres duranguenses se abren paso en el mundo biker

La asociación Motociclistas Unidos de Durango actualmente está liderada por una mujer como presidenta, en un mundo donde el 80% son hombres

Perla Rodríguez Contreras / El Sol de Durango

  · sábado 9 de marzo de 2024

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

“Paris”, Yoliz, Andrea y Nelly, son tan solo algunas de las mujeres que desde años pertenecen al mundo biker en Durango; como pilotos y copilotos han demostrado que el mal denominado sexo débil también puede y no hay limitaciones.

En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es importante voltear a todos los ámbitos en que una mujer ha dicho presente. Actualmente, por ejemplo, la asociación Motociclistas Unidos de Durango (MUD), la que se estima está integrada por un 80 por ciento de hombres, está liderada por una mujer.

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

Se trata de Karla Verónica Vallejo Meza, más conocida como “Paris”, quien asegura que al ser un espacio en que los hombres destacan en cantidad, aquella mujer que llega es porque tiene mucho valor.

Karla, integrante del motoclub Delta, lleva seis años dentro del motociclismo, cuando después de un primer viaje como copiloto acompañando a su esposo, se dio cuenta que ella también quería tener el control de estas unidades.

“Mi esposo tenía una moto y me invitó a que fuera parte de esto como copiloto, pero no fue lo mío y decide comprar mi moto y ser yo una piloto”.

“Paris” reconoce que se trata de un mundo complicado porque al ser mayormente de hombres, se cree que una mujer no puede, que necesita ayuda, “pero muchas de las veces nosotros podemos motos más pesadas”.

Explicó que MUD es una asociación que integra más de 30 motoclub’s, cada uno de ellos con su propio comité. El objetivo es amalgamar a todos los grupos, formar una hermandad, y con ello brindar el apoyo necesario. Vallejo Meza es la primera mujer en llegar al puesto de vicepresidenta y presidenta de MUD.

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“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales. (…) Me gusta andar en moto porque me gusta la libertad, me gusta rodar en carretera, conocer nuevas rutas, nuevas personas”.

Tradicionalmente las mujeres no eran aceptadas en el mundo biker, pero de unos años a la fecha algunos motoclub’s, no todos, han abierto las puertas para ellas.

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

“Cuando yo empecé los primeros sí nos hacían el feo, porque en mi motoclub que es Delta, nosotros aceptamos a todos, pero hay otros que solo aceptan puros hombres. Al principio cuestionan porque las mujeres tienen parche, pero conforme pasa el tiempo la aceptación hacia nosotras ha ido creciendo”.

Nelly Viridiana Alanis Castro, integrante fundadora de La Manada desde hace dos años, pasea por las calles de Durango en su moto, logrando así el sueño que tenía desde que era niña, cuando veía películas en la que aparecía una moto.

“Me llamaba mucho la atención, fui creciendo y el gusto siguió. Se llegó el tiempo en que empecé a trabajar y dije ‘quiero mi moto’, entonces me la compré y fue así que yo misma fui atrayendo más personas que les gusta esto y formamos un moto-grupo”.

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

Para Nelly subirse a su moto es una experiencia bonita, única e inexplicable. Lo describe como libertad; es algo que le permite llegar a donde ella quiere.

Reconoce que hoy es un poco más fácil, a comparación de años atrás en que todavía se le quedaban viendo al llegar en su moto. “Es algo bonito, sí hay muchas complicaciones porque por el hecho que traes moto te echan el carro encima, pero entra el saber manejar bien y la concentración”.

Yolanda Barboza, integrante de Gorilas de Acero, contó que llegó al ámbito biker ante el gusto de su esposo por las motos, de tal manera que vive la experiencia a través de él también.

“He visto que es terreno de hombres, pero creo que ya ha abierto paso la mujer muy rápido, porque ya se ven motoclubs formados por mujeres”.

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

El ser copilotos tiene un mérito importante, pues se trata de ser compañera, estar pendiente de las necesidades de ambos en plena marcha, ser vigilante, y también enfrentarse en los viajes al cansancio, al frío o calor extremo, a las lluvias. “Llevas el mismo riesgo que ellos”.

Yoliz, al ser copiloto, también tiene que ir protegida en su vestimenta, y fija atención que su esposo también lleve la protección necesaria cuando de un viaje se trata.

Andrea Castelán García, del motoclub Death Valley, mejor conocido como “Valle muerte”, comenzó desde hace varios años; “tengo mi experiencia desde hace 10 años en que yo me enseñé a manejar una moto Italika, y ni siquiera era prenderla, era a ‘puchón’, era estándar, y de ahí me fui enseñando poco a poco”.

Asegura que conoció más a fondo cuando se incluyó primeramente en Gorilas de Acero, de ahí formaron otro grupo con los amigos que desde siempre se conocen.

“Complicado no es, más bien uno mismo como mujer se pone límites al decir o que está grande la moto o que se tiene miedo de ir a carretera, todo es peligroso, pero se puede”.

Lo más complicado para ella resulta que sale a disfrutar de su moto y un buen viaje, pero en la casa la esperan sus hijos. “Soy madre, salimos y no sabemos si regresamos, eso es lo complicado, más que manejar una moto”.

Precisamente pone lo que está en sus manos para tener un buen viaje, sale con casco, guantes, rodilleras y se protege todas aquellas partes en que se corre el riesgo de una fractura.

“Tanto ellos como nosotras nos podemos desempeñar, no es que alguien sea más o alguien sea menos, todos somos iguales" / Foto: León Alvarado / El Sol de Durango

“La mujer no es el sexo débil, es cabeza de hogar, es mamá, doctora, psicóloga; tiene un papel muy importante y más en el hecho de ver a una mujer en una moto, es algo que no muy seguido se ve. A veces los hombres lo minimizan, y dicen que la mujer debe estar en la cocina, en la casa, pero no, tenemos los mismos derechos”.

Para ella tener un viaje en moto es una experiencia que no tiene una descripción precisa, “sentir el aire en la cara, mirar el paisaje, es mucho muy diferente a ir en un carro, te conectas tú, moto y carretera, y se convierten en uno mismo, algo genial, algo que no tiene explicación para mí”.

  • Para ser biker, según coinciden, una mujer necesita sentirse atraída por ello, tener moto y enseguida tener valor.