CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Luego de la llegada y conquista de los españoles al actual México, fueron los Franciscanos los primeros misioneros religiosos en llegar al país, siendo el año 1523 cuando pisaron por primera vez tierras veracruzanas dos sacerdotes y un lego, que era un religioso que aún no recibía las órdenes sagradas.
El segundo grupo, formado por doce misioneros, desembarcó en San Juan de Ulúa frente a la Vera Cruz el día 13 de mayo del año siguiente; de ellos, diez eran sacerdotes y con ellos dos legos, viniendo al frente como Superior Fray Martín de Valencia, a quien señalan como hombre sabio y santo.
Con el grupo también llegó Fray Toribio de Benavente, quien adquirió fama como historiador.
En Canatlán, de acuerdo a lo escrito por el recordado cronista Luis Carbajal, fue Fray Diego de Espinosa quien al frente de seis frailes españoles fundó el día 13 de noviembre del año 1623, mientras que el prestigiado historiador Ignacio Gallegos Caballero destaca en su libro Historia de Durango que el documento más antiguo encontrado en los archivos parroquiales , de la que fue su tierra maternal, fue en el año 1620, fecha que el ayuntamiento 2016 -2019 determinó como la fecha de la fundación, dejando atrás la de 1623 que por aproximadamente 24 años se sostuvo.
De entonces hasta el año de 1859, cuando el arzobispado de Durango concedió a la Misión Franciscana el rango de parroquia y con ello la partida de los prestigiada orden religiosa de regreso a la capital del Estado desapareciendo la Misión y su obligación como pastores de la grey católica en Canatlán, después de 239 años de presencia.
Son pocos los datos que se tienen de aquellos religiosos de la orden creada por San Francisco de Asís que durante ese tiempo realizaron su labor evangelizadora.
En su trabajo de investigación en los archivos Franciscano de Zapopan, Jalisco, Gallegos Caballero encontró una relación de franciscanos y el año en que trabajaron en esta región al frente de la vicaría, que era el estatus que tuvo Canatlán en el poco menos de dos siglos y medio que tuvieron presencia.
La relación de los franciscanos vicarios la encabeza el Padre Guardián Fray Juan de Arguelles ( 1693), Fray Pedro de Portillo ( 1694), Fray Francisco de Guadiana ( 1699), Fray Antonio de Lazcano ( 1697, repitiendo en los años 1700 y 1704), Fray Francisco de Cangas ( 1702, 1705 y 1707).
En este período San Antonio de Durango se declaró convento y su vicaría anexa San Diego de Canatlán, cuyo nombre heredó la actual parroquia, quien llevó ese nombre del año 1859 hasta finales de la década de los cincuentas, en que su nombre cambió a Parroquia de San Diego de Alcalá.
Para el año 1734, el vicario fue Fray Agustín García; Fray Bacilio Sánchez apareció en el año 1739, Fray Miguel de Celaya el año 1747 y dos años después asumió funciones de vicario Fray Juan de Larrea.
En los trabajos de investigación de quien lleva el nombre la Biblioteca principal de la ciudad de Durango menciona que fue el año 1754la última vez que encontró información sobre el convento y vicaría franciscana, estado de nuevo al frente Fray Miguel de Celaya.