GÓMEZ PALACIO, Dgo. (OEM).-Ante la ola de calor que se registra en la región lagunera, las abejas melíferas tienen su propia forma de contrarrestarla, a fin de proteger su colmena la cual deben mantener en su interior con un clima máximo de 36.5 grados y así seguir produciendo miel.
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Entrevistado al respecto, el profesor investigador del departamento de biología de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), laguna, José Luis Reyes Carrillo, explicó sobre las afectaciones de las altas temperaturas en la producción de la miel y cómo las abejas contrarrestan el intenso calor para proteger su colmena, las crías, huevos, larvas o pupas y su producción.
Detalló que al interior de las colmenas, las abejas mantienen una temperatura de 36.5 grados, a fin de tener un clima óptimo para las crías y la producción de miel.
Sin embargo, cuando las temperaturas suben más de los 36.5 grados, implican que tengan que enfriar la colmena y para ello, un número importante de abejas obreras tienen que acarrear una gran cantidad de agua, ya que la requieren para hacer la evaporación del vital líquido.
Para acarrear el agua hasta la colmena, las abejas cuentan con dos estómagos, un buche que es el de la miel o el néctar, pero aquí es donde acarrean el agua, de ahí que en el proceso de enfriamiento de la colmena, dejan de producir la miel.
Una vez que llegan a la colmena con el agua, depositan esas gotitas que llevan en el buche, en los bastidores, sobre la cera mientras que otro montón de abejas se ponen a aletear para crear una corriente de aire y que puedan evaporar el agua para poder generar la temperatura adecuada.
Obviamente que entre más calor haya, es mayor el número de abejas que se requiere para acarrear el agua y otra cantidad que son para aletear, pero esto les ocasiona dos cosas, uno que durante el proceso de enfriamiento, no producen miel y otra, que se van consumiendo las reservas de miel, pues necesitan energía para moverse.
Sin embargo, hay otra adversidad en caso de que las temperaturas sean altas, pues al llegar a 40 grados, es un factor importante para la presencia de la polilla de la cera, el cual produce un gusano que se come la cera y la temperatura ideal son los 40 grados centígrados.
Por lo anterior, las abejas deben mantener la colmena en una temperatura de 36.5 grados, pero en caso de que se llegue a los 40 y haya presencia de esta polilla, la única forma de combatirla, es que los apicultores la deben quitar mecánicamente.
Finalmente, el investigador Reyes Carrillo mencionó que las abejas salen muy temprano a recolectar néctar que llevan a las colmenas, pero en el caso de la región lagunera, una vez que los termómetros rebasan los 35 grados, suspenden la colecta de néctar y van por agua para que una vez sea rebasados los 36.5 grados, comenzar el proceso de enfriamiento para proteger a las crías, huevos, larvas o pupas.