CANATLÁN, Dgo. (OEM).- El panteón municipal de Canatlán fue ampliado en una línea de 10 metros lineales, en la parte externa de la barda perimetral oriente del lote original, donde ya se aprecian al menos diez tumbas.
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Al respecto, el síndico Juan Esteban Zamora Ramírez informó en entrevista que la presidente municipal Ángela Rojas Rivera tomó esta decisión de buscar dicho espacio para prevenir los problemas que se tienen en la ampliación del cementerio en tiempo de lluvias.
Explicó que en dicha ampliación, ubicada en la parte norte del lote original, sube el nivel del agua en durante la temporada de lluvias, provocando fuertes problemas al momento de hacer excavación para abrir una tumba, por la textura del suelo.
De ahí que la alcaldesa negoció con el propietario del terreno ubicado en la parte oriente, logrando una franja de diez metros lineales a partir de la parte externa de la barda, donde se observa una fila de tumbas, colocadas en posición poniente –oriente, aproximadamente diez, entre la parte sur y la altura del espacio dedicado a los personajes ilustres de Canatlán.
Actualmente dichas tumbas están prácticamente sin protección alguna, en el llano que se forma en ese lugar, ante la extrañeza de las personas que pasan por el lugar y observan como el panteón se extiende.
En lo que es la ampliación, un terreno de dos hectáreas donada a la administración municipal 1992 -1995, que presidió Crescencio Contreras García, se observa con suficiente espacio para recibir más personas, un lote que se observa está creciendo con relativo orden, a diferencia del espacio original, donde hay un desorden marcado, lo mismo en el trazo que en las formas y maneras de construir capillas o mausoleos, que en algunos casos, vulneran la barda perimetral, como está en la parte oriente.
Ubicado en la parte noreste de la cabecera municipal Canatlán, este cementerio atiende actualmente a ciudad Canatlán como a las localidades El Pozole, La Cañada y Santa Cruz de las Huertas y lo tiene a su cargo la administración del gobierno local.
El camino entre Canatlán y el sitio de descanso eterno se encuentra pavimentado en su mayor parte, beneficiando a los habitantes del fraccionamiento Real Jardines y a los vecinos de los ejidos citados, formando una calzada a lo largo de aproximadamente ochocientos metros, cobijada por la cortina de añosos árboles que la cubren en el último tramo.