CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Con el proyecto de plantación que se hace, deben priorizarse variedades de mayor producción y también priorizar la plantación sobre la replantación, términos parecidos pero con muy diferente resultado.
Hay un tema que debe precisarse: No es lo mismo replantar que plantar un árbol de manzanas. El replante implica el riesgo que la planta sea dominada por una serie de factores bióticos como hongos y bacterias que han infestado la raíz de un árbol que ahí se quitó para plantar otro de las mismas características. En cambio, plantar de nuevo en un terreno virgen implica un desarrollo correcto del nuevo árbol de manzana, precisó.
“Se intenta volver a plantar unas 10 a 12 mil hectáreas que hace 25 años aún eran productivas en varios ejidos tanto de Nuevo Ideal como de Canatlán; con los inconvenientes de que se requieren arboles con una tolerancia al replante como lo son una nueva generación de árboles desarrollados en la Universidad de Cornell, NY, EUA desde los años 70, mismos que han sido liberados para su comercialización en diversos países, incluyendo el nuestro.
Esta nueva generación de árboles denominados Cornell-Geneva, o simplemente Geneva, son varios tipos de plantas similares entre sí, que llevan números que indican la generación progresiva G-30-G-202. etc, debido a los años en los que se fueron desarrollando y modificando genéticamente precisamente para resistir el replante.
Plantar un árbol tradicional como es el patrón o raíz estándar de perón, o algunas otras raíces como EMLA-106-111 etcétera, para un replante, es casi seguro que no habrá un desarrollo de la planta correcto y en muchos casos fracasará la plantación. Además la demora en producción podría ser hasta de ocho años, como ya es conocido.
Es por ello que actualmente los expertos recomiendan esta nueva serie de patrones, raíces, o porta injertos como son llamados a la generación Geneva.
Son además árboles que desde el primer año de plantado entran en producción, y además es posible plantar altas densidades por hectárea, desde 2,000 hasta 3,000 árboles por hectárea, lo cual los convierte en huertos pequeños, compactos, más eficientes, con facilidad de cultivo. Con un manejo agronómico correcto, se pueden esperar producciones de hasta 40 toneladas por hectárea y en otros hasta 100 toneladas, como se ha demostrado en lugares como Cuauhtémoc, Chih, y otros lugares del mundo como Chile, España, Francia, etc,, donde se ha decidido optimizar espacio, agua, labores culturales y en menor espacio se produce mayor cantidad y calidad de manzana...”En esta regiónestamos a poco de conocer los resultados de las primeras plantaciones de esta nueva clase de árboles, solo esperar a que los fruticultores se atrevan a cambiar las prácticas tradicionales y se decidan afrontar las nuevas tecnológicas en este tema.
Adicional a lo anterior, podemos decir que el cambio climático ha hecho posible disminuir el número de horas frio requeridas para una correcta brotación en el manzano, lo que ha impactado en los diferentes problemas de floración tardía, tizón de fuego, y pobres producciones por hectárea, aseveró el también reconocido cardiólogo.
En Canatlán es un hecho que no alcanzamos las 10 toneladas por hectárea en algunos huertos. Estos nuevos porta injertos Geneva, adicionalmente pueden portar variedades tempranas como la Top Red de menos requerimiento de frío (600 hF en promedio) en contraposición a las 1,200 del tradicional patrón estándar de perón.Lo anterior permite tener producciones tempranas que entran al mercado casi con un mes de anticipación con nuestro principal competidor que es Chihuahua.
La moneda está en el aire, y el gobierno ya inició con los apoyos correspondientes, ahora el productor tiene la palabra, terminó diciendo.