CANATLÁN, Dgo. (OEM). - Este viernes 4 de marzo se realizó la fiesta religiosa popular en honor al Divino Pastor en la comunidad La Sauceda, municipio de Canatlán. Esta será una celebración diferente a lo acostumbrado debido a las restricciones por la situación sanitaria que se vive por el Covid-19.
El festejo de cada primer viernes de marzo se reanuda luego de haber sido suspendido el año pasado por la pandemia que se registraba, con restricciones que inician desde la entrada al atrio, donde se instaló un filtro sanitario, que permite que además del uso obligado de cubreboca, toma de temperatura y aplicación de gel sanitario, en el interior de la capilla se aplica la sana distancia.
Vecinos del lugar, coordinados entre otros por el jefe de cuartel Gerardo Quezada Morales y María Elena Morales Morán trabajan en que el orden a la entrada de la capilla se mantenga en todo momento.
En esta ocasión, a diferencia de la celebración tradicional, la urna donde se guarda la imagen venerada está en una de las alas del templo, resguardada con cinta para evitar que las personas se acerquen y la toquen o besen y con ello evitar que haya contagios por contacto físico.
En recorrido por el lugar, se observa la celebración de la Santa Misa, a cargo el párroco José Martín Favela Rodríguez, quien al igual que los feligreses y peregrinos presentes, utiliza cubreboca cuando los momentos de la Misa lo permiten, dando así la imagen del buen ejemplo de lo que se predica.
En las calles y plazoleta se ubican los puestos tradicionales de venta de alimento, ropa, calzado e infinidad de objetos más, ofreciendo con ello la imagen clásica de la feria popular que atrae a niños, jóvenes y adultos.
Lo que nació como la sola asistencia de agricultores de Canatlán y rancherías a realizar una visita por la tarde a la imagen, que consideran milagrosa y tiene la devoción de la gente, se trasformó en la celebración religiosa popular más importante del municipio Canatlán.
Desde el día anterior, elementos de Seguridad Pública, Tránsito y Protección Civil resguardan el tráfico vehicular sobre la carretera Francisco Zarco, en su entronque con el poblado La Sauceda y el camino a la comunidad Ignacio Manuel Altamirano, al norte, para evitar accidentes o algún hecho que lamentar.