CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Este viernes 3 de marzo la comunidad La Sauceda se encuentra bastante concurrida debido a la festividad religiosa en honor al Divino Pastor, que cada primer viernes de marzo tiene lugar en esta comunidad rural, ubicada a dos kilómetros de la cabecera municipal de Canatlán.
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Desde temprana hora, cientos y cientos de fieles se han hecho presentes en la capilla para adorar la imagen conservada dentro de un espacio de madera y vidrio, colocado sobre una mesa adornada con flores, al igual que la imagen de la Virgen de Guadalupe ubicada a un costado.
Desde la víspera de la fiesta, decenas de personas llegaron para estar presente en la tradicional celebración, alojándose en la casa del peregrino, la cual lució limpia gracias a la participación decidida del pueblo saucedeño, que escoba y trapeador en la mano acudieron a realizar acciones de preparación de dicho alojamiento, ubicado en el ala norte del viejo inmueble.
Las mañanitas iniciaron en punto de las 07:00 horas a cargo de vecinos del pueblo hermano Ignacio Manuel Altamirano, que con la Sauceda forma un mismo ejido, teniéndose la presencia de danzantes de localidades de Cuencamé, Guadalupe Victoria, Nuevo Ideal y Canatlán.
En esta edición la organización está bajo la coordinación de habitantes del lugar, tal y como se realizaba en la década de los años 40, en el siglo pasado, cuando era la propietaria de la hacienda, Nicolasa Pérez Gavilán la que tenía en su propiedad a la imagen; después la celebración la tomó la Parroquia de Canatlán.
Hasta el momento de esta redacción se tenía un aproximado de la asistencia de 2 mil personas las que se encontraban o se habían hecho presentes en el lugar, donde de manera paralela se realiza una fiesta popular, conocida como la Feria del Quiote, con la presencia de puestos sobre la avenida de entrada y calles laterales, sin faltar los tradicionales juegos mecánicos.
En esta ocasión no habrá ceremonia religiosa en la capilla, pero la fiesta está cobijada por el fervor religioso auténtico del pueblo católico no solo de Canatlán sino de varios municipios del estado de Durango e incluso de otras regiones del país, que acuden a la casa del Divino Pastor a ofrecerle su devoción y respeto.