CANATLÁN, Dgo. (OEM).- El kiosco de Canatlán, ubicado en el jardín Juárez, es un elefante blanco, un espacio sin servicio a la comunidad que se ha transformado en bodega, sitio para el grafiteo y nada más, señalan vecinos del lugar.
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Atrás quedaron los años en los cuales dicho espacio era punto de reunión para niños, jóvenes y familias, que hacían de la plaza o jardín Juárez el sitio obligado para acudir los domingos por la tarde-noche, a la salida de misa, como lo recuerdan canatlenses que disfrutaron aquella época, entre ellos el senador de la República, Juan Quiñones Ruiz, quien vivía a escasos metros del lugar.
En años pasados, décadas de los 60 a los 90, el espacio era utilizado como fuente de sodas, administrado por personas como Martitha, Jesús Villa, Melly Campos, Francisco Orozco Díaz; en la parte alta, se recuerdan actividades políticas, mítines, acciones partidistas, con presencia de personajes políticos estatales y municipales, que participaban en encuentros multitudinarios.
Quiñones Ruiz recuerda la presencia de la infaltable rockola, tocando la música del momento, la renta de revistas, la venta de papas fritas, refrescos, chocolates, que reunía a parejas de novios, que hacían sus tardeadas en el kiosco y recorriendo la entonces plaza con sus cuatro jardines divididos por corredores y en cada uno su respectiva fuente, una imagen que ya es parte del recuerdo.
Por su parte la maestra Nancy Parra, directora de la escuela primaria “Gral. Lázaro Cárdenas”, ubicada frente al jardín Juárez, menciona que el kiosco actual no tiene función alguna, "quizá como bodega para Servicios Públicos, no atrae al turismo, que por lo general acostumbra a visitar los kioscos de los pueblos, las ciudades", señaló.
Asimismo, Teodoro Ortiz Nevárez, director del CBTA #28, recuerda en su infancia como el kiosco era sitio de reunión y encuentro para que los niños acudieran a comprar dulces y los jóvenes a escuchar música en la rockola, inclusive su parte alta tenía disponibles mesas.
Destaca como en un año, el lugar fue sede del concurso estatal de la entonces Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA) para elegir a la soberana estatal. Actualmente no tiene funcionalidad alguna, es simplemente un elefante blanco, destacan habitantes.