LA SAUCEDA, CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Resulta agradable recorrer La Sauceda, su “Casa Grande” y algunas de sus tradiciones, a través de la memoria de uno de sus hijos, don Marco Morales Sanabria (+), habitante de toda la vida de esta comunidad, próxima a su celebración conmemorativa por su 427 aniversario.
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Hace siete años en entrevista para El Sol de Durango, don Marco recordaba que vivió en la "Casa Grande" de 1931 a 1963, llegó cuando tenía tan solo tres años de edad, recordando a su tío Tomás Morales Contreras, hermano de su padre Javier; él se crió con sus tías Gilberta, María y Juanita.
“Recuerdo que fue en el año de 1942 cuando se hizo la primera bóveda en el templo de la Casa Grande, donde andaba el albañil Jesús Villa, originario de la ciudad de Durango; junto a sus peones Rodrigo Lugo, Carlos Lugo y los Contreras", dijo.
En tanto quien elaboró los arcos fue don Sabino, originario de La Cañada y otros señores de apellido Villa, que vivían a un lado del molino de don Julián Morales Villa, eran Ramón, grande y chico.
"Se colocó una botella con los nombres de las personas que trabajaron en la obra, incluyendo el mío, así como algunas monedas, esto en el año de 1942", destacó.
Asimismo recordó que el templo en sus inicios contaba con un techo de vigas el cual estaba en muy mal estado,"ya se estaba cayendo y otras estaban apuntaladas"; los habitantes formaron un comité para arreglar el templo, ahí fue donde se construyó la primera bóveda; entre los integrantes se encontraban Ángel Fuentes Guerrero, Germán Rodríguez y Miguel Sanabria, ellos son los que construyeron la primera bóveda.
Incluso en ese tiempo los curas no tenían nada que ver con el divino pastor, lo enviaba la dueña de la casa, Nicolasa Pérez Gavilán, ella se encargaba del potrero y de lo poco que le había quedado a la hacienda.
Por otra parte el divino pastor y todos los santos que tienen ahorita (la capilla) era propiedad de la hacienda. Mientras que la imagen del divino pastor fue traída desde España.
En el año de 1947 falleció doña Nicolasa y en 1947 arribó a la hacienda don Joaquín, el hijo, a encargarse de lo que quedaba, quien aseguraba que la imagen del divino pastor la había llevado su papá, Luis Pérez Gavilán, desde tierras españolas.
Sin embargo durante muchos años prevaleció el mito de que el Divino Pastor pertenecía al poblado de San Lucas y que los habitantes de La Sauceda lo habían robado.
San Agustín pertenecía a la hacienda de La Sauceda, llegaba hasta Lajas, Coneto; Lajas era de los Damm.
La historia de la Casa Grande
"La casa grande, desde que yo era muy chico, la dueña de la hacienda, doña Nicolasita, les hacía bailes en la fiesta de San Jerónimo, a los muchachos", indicó Marco Morales.
De ahí surgió el baile del día de San Jerónimo, cada año arreglaban los corredores que se encuentran junto a la iglesia. Esto debido a que la "Casa Grande" le quitaron un pedazo para vendérselo a la iglesia.
Para el año de 1965 la casona quedó sola. Ana María, la hija de Nicolasita regaló la casa al arzobispo López Aviña, sin embargo este último en lugar de cuidarla, se la vendió a Luis Carbajal en 250 mil pesos, pero éste solo pagó 75 mil y nada más.
Habitantes aseguran que la "Casa Grande" debería ser un patrimonio de La Sauceda, sin embargo los últimos dueños la regalaron a la iglesia.
Otro de los mitos que aun resuenan respecto a esta casona son la existencia de un túnel que salía a una cueva en el cerrito del Garbanzo, pero esto es falso.
La fiesta del Divino Pastor
La fiesta del Divino Pastor data del año 1936, al inicio solo acudían habitantes de Canatlán, sin embargo a la fecha acuden personas de diversos municipios y de la propia capital de Durango.
A través de sus palabras y recuerdos, don Marcos Sanabria (quien falleció hace un par de años), realizó un recorrido muy amplio por la historia de esta comunidad, que este viernes 3 de marzo de 2023 estará de doble fiesta, celebrando al Divino Pastor y el domingo 5 de marzo será la celebración oficial de fundación.