GÓMEZ PALACIO, Dgo. (OEM).-Uno de los programas sociales del gobierno federal y emblemático de la 4T, es la de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, ha resultado decepcionante y un costoso fracaso, comentó el dirigente local perredista Cecilio Campos Jiménez.
El bien intencionado pero fallido experimento, es la más importante acción del gobierno federal para atender a los jóvenes de 18 a 29 años de edad, que no están inscritos en alguna institución educativa y que tampoco cuentan con un empleo formal, recibiendo una beca por 12 meses de 3 mil 600 pesos mensuales, además de seguro médico a través del IMSS.
Según la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral, de los 919 mil inscritos en dicho programa, únicamente 20 mil consiguieron quedarse en los centros de trabajo donde fueron capacitados.
El dirigente del comité municipal del Partido de la Revolución Democrática en Gómez palacio agregó que en el año de 2019 “Jóvenes Construyendo el Futuro” contó con un presupuesto de 40 mil millones de pesos y en este 2020 se reducirá un 37.5 por ciento.
Independientemente de las causas que han provocado tan pobres resultados a un costo muy elevado, y que este año el esquema de apoyo baja su financiamiento para quedar en 25 mil millones de pesos, se tiene que cambiar la estrategia y reorientar los cuantiosos recursos económicos que viene recibiendo, a otras áreas en donde pueden producir mejores resultados y tener mayor impacto social, como en educación, ampliando y mejorando las becas a estudiantes en situación de vulnerabilidad, sobre todo de nivel universitario, estos últimos perciben menos apoyo que los llamados “ninis”, así como invertir en infraestructura de salud e hidráulica, y otras prioridades, que si se vería reflejada de forma palpable en beneficio de la población, dijo.
Para facilitar y ofrecer oportunidades laborales a los jóvenes desocupados, quizá sea mejor volver al sistema de cursos de capacitación cortos, como los que implementaba el Servicio Nacional de Empleo, procurar una vinculación viable con las empresas, que no solo consista en subsidiarlas con trabajadores gratuitos, y promover el autoempleo.
Se tiene que establecer un método que en menos tiempo y con menores costos, pueda arrojar mejores resultados que el actual programa de apoyo al sector juvenil desempleado, que ciertamente se ve muy favorecido con becas económicas equivalentes a un salario mínimo, pero no está funcionando y no cumple con el propósito para el que fue diseñado.
Para concluir, Cecilio Campos manifestó que en términos reales, el haber conseguido colocar a esos 20 mil jóvenes en un puesto permanente, costó 2 millones de pesos por cada uno de ellos.