REGIÓN SIERRA, Dgo. (OEM).- La ganadería en Durango continúa en situación emergente por la falta de lluvias en gran parte del estado, informó Óscar García Barrón, presidente de la Unión Ganadera Estatal del Sector Social.
Vivimos una circunstancia de emergencia y no encontramos la respuesta que quisiéramos encontrar, a pesar de toda la disposición del señor Gobernador, asevera.
Sigue seco el estado, las lluvias han sido “lunareadas”, por ejemplo en el municipio San Juan del Río les llovió apenas el lunes pasado, mientras tanto, ganaderos de ese lugar acuden a pedir apoyo.
Están muy irregulares las lluvias, apenas están empezando a llegar, como se observa en lugares como El Oro, Ocampo, Hidalgo, Indé, San Bernardo, Guanaceví, Simón Bolívar y terriblemente seco San Juan de Guadalupe, San Luis del Cordero, San Pedro del Gallo, están en una situación muy difícil.
En San Luis del Cordero y San Pedro del Gallo ya es el segundo año consecutivo con esta terrible situación de falta de lluvias, agregó.
“La Ley de Desarrollo Rural Sustentable es ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en todo su articulado y dice que los tres niveles de gobierno son los responsables de planear y ordenar el fortalecimiento de la actividad del campo mexicano.
El gobierno está obligado a aportar los recursos económicos para generar infraestructura, tecnificación, asistencia técnica y financiamiento al campo mexicano, lo que actualmente no está sucediendo.
La emergencia de sequía sigue; sigue habiendo mortandad de ganado y aún en caso de que lleguen las lluvias ya hay pérdidas irremediables.
La falta de lluvia provoca problemas colaterales, como lo es, a manera de ejemplo, la proliferación de moscas, que afecta directamente a los ojos de los animales”.
El año para la ganadería es malísimo, con la caída del precio de la carne, como el de la vaca, que estaba entre los 28 y 30 pesos y cayó a los diez; cuando llueva ya tendremos daño irreversible, reafirmó.
Existe desilusión, tristeza, desánimo entre los productores por la situación actual que se vive, como lo constaté en reuniones realizadas en municipios como Santiago Papasquiaro, Simón Bolívar, Mezquital, Durango en el valle y en la sierra.
La razón es que el ganadero mira el riesgo de perder su patrimonio familiar que tanto ha costado y en ocasiones, como la presente, tiene que vender la mitad del hato para lograr mantener a la otra mitad, terminó diciendo.