CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Los productores de manzana requieren apoyo gubernamental o de organizaciones, que les permita refrigerar la fruta y con ello defender el precio más justo para no estar a expensas de los coyotes.
Así lo destaca Javier Reyes Solís, fruticultor canatlense señala que la refrigeración es casi la única forma de defender el precio de la manzana. No obstante,un gran porcentaje de productores opta por la comercialización “en fresco”, aunque sea barato, generalmente a través de intermediarios, coloquialmente conocidos como "coyotes".
"¿La pregunta es por qué? ¿Acaso esos productores no desean beneficiarse de un mayor ingreso y, con ello, contribuir al desarrollo de la fruticultura y la mejora económica del municipio... carecen de visión... o están dominados por la “práctica cultural”?? En mi experiencia personal, se trata de una cuestión económica que deriva en incapacidad del productor para una maniobra cara y de grandes dimensiones".
Dijo que refrigerar no solo significa invertir $1.62 por kilo que de por sí ya es muy caro; implica también la pisca, la selección porque la fruta que se refrigere debe cumplir estándares de calidad que aseguren su posterior comercialización, además el traslado al refrigerador; esto configura la necesidad de contar con un vehículo de carga o tractor y qué decir de la cantidad de mano de obra: pizcadores, apartadoras, cargadores y su traslado a la huerta; el combustible también caro, carísimo, reitera.
"La mano de obra también es cara, ningún jornalero va por menos de $300 pesos diarios. Entonces, vea hasta donde se disparan los costos. Es en esos puntos donde el productor requiere el apoyo de alguna instancia, sea de gobierno o sea organización de productores. Quizás Un subsidio a la cosecha o préstamos a mediano plazo a los que el productor pueda recurrir para proteger su cosecha del intermediarismo y las fluctuaciones del mercado".
Mención aparte requiere el costo de la refrigeración que, reiteró, es cara y se debe a las tarifas que aplica la Comisión Federal de Electricidad. Resulta que la dependencia maneja tarifas de consumo de energía diferenciadas para conservación y transformación de alimentos.
Obviamente, el costo más alto es el de transformación y esa es, indebidamente, la tarifa que aplica en la refrigeración de la manzana. Indebidamente porque la manzana, como alimento, no sufre ninguna transformación, tan solo se conserva para su consumo. Este planteamiento ya se ha hecho a la CFE y, a decir de quienes han intervenido, la dependencia federal concede razón, pero se niega a modificar por el daño económico que le significa ya que la medida no puede ser exclusiva para Canatlán, sino que tendría que ser a nivel nacional.
Estos son, junto con infraestructura antigranizo y tecnificación, los rubros en las que dependencias, municipales, estatales y federales podrían “echarle una mano” a la producción de manzana, a los productores y, en general, a la sobrevivencia de la manzana en Canatlán, puntualiza Reyes Solís.