CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Pasaron seis meses de la última jornada mensual de bautismos en la parroquia de ciudad Canatlán, la cual regresó el sábado tres de octubre, pero ya dentro de los esquemas de la llamada nueva normalidad por la contingencia sanitaria que se vive por motivo de la pandemia de Covid -19.
Pero a diferencia de la jornada de marzo, ahora existen requerimientos más allá del ropón, la concha y la vela que por lo general se llevan en este tipo de ceremonias, ahora está el que pasó a ser el más solicitado y se llama cubreboca y la sana distancia.
El tapete sanitizante en la puerta de acceso es hoy lo que hace varias décadas era la alfombra que recorría el pasillo central del templo para recibir a los celebrantes que acuden a recibir algunos de los sacramentos.
En el ceremonial, el bautizado era la única persona que no portó el cubreboca, el cual llevó el párroco José Martín Favela Rodríguez, sacristán, acólitos, padres y padrinos, además del personal parroquial que apoyó en la toma de la lectura corporal y entrega de gel antibacterial a los asistentes.
A excepción del lapso en el cual dio los mensajes, el Padre Martín utilizó siempre su cubreboca azul verde, incluyendo al derramar el agua en la cabeza de los nuevos cristianos.
Se conoció de manera extraoficial que en el transcurso del presente mes se reanudarán las jornadas de primeras comuniones, mismas que fueron suspendidas por motivo del aumento en la incidencia de casos positivos de Covid-19, en una nueva normalidad que traerá nuevas formas y acciones de prevención contra el virus SARS-CoV-2 (coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave tipo 2.