CANATLÁN, Dgo. (OEM).- “Estamos bien fregados en todo; sembramos maíz y nomás no llovió, sembramos avena y es hora que no nace”, dice resignado Othón Reyes Sánchez, ejidatario de Santa Rosa de Escamilla, en la región serrana baja del municipio Canatlán.
Entrevistado momento después de acudir a la oficina de la Dirección de Desarrollo Rural Municipal, menciona su inquietud por el hecho de que la oficina municipal les envió un listado con el nombre de dieciocho ejidatarios que a juicio de los funcionarios son quienes están afectados, cuando la realidad es que los cuarenta ejidatarios están fuertemente afectados en sus cultivos, en sus parcelas.
A eso vine a Canatlán, para eso me eché la vuelta, para pedirles que nos tomen en cuenta a todos, porque la sequía ha sido pareja y a todos nos afecta por igual, por lo cual esperamos que el Seguro Catastrófico nos respalde a todos los que estamos siendo afectados, menciona.
De igual manera se expresó Jesús Rodríguez, quien al igual que Othón sembró maíz y frijol, con la afectación que produce la falta de lluvias, afectando los cultivos temporaleros, en un ciclo agrícola que pinta muy malo para el sector agropecuario.
Santa Rosa de Escamilla es un poblado y ejido que se encuentra en la ribera del río Palomas, afluente del río Santiago y forma junto con Gomelia, Maimorita y San Diego de Alcalá, una red de localidades ubicadas en un valle entre las cordilleras de la Sierra Madre Occidental.