CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Ser taxista sigue dando para comer, a pesar de la situación adversa que durante los últimos años se han venido presentando y que ha provocado que disminuya la demanda de pasaje.
Así lo señala Rubén Varela Quezada, con 20 años de taxista, perteneciente sindicato de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), responde que la petición actual está “más o menos”, sacamos para comer, afirma.
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Pese a los constantes aumento en los combustibles, refacciones y trabajos de mantenimiento del automóvil, se busca mantener los costos del pasaje, que son de 30 pesos la dejada al centro de la ciudad y 40 pesos a colonias; a las comunidades de acuerdo a las distancias y a Durango se cobra 700 pesos, detalla.
“La mejor época del año es el mes de diciembre, la temporada vacacional, con la llegada de paisanos y la Semana Santa es baja, como que toda la gente se dedica a pasearse, pero por su cuenta”, señala.
Agregó que "vendrán días buenos en las graduaciones escolares, se tranquiliza en vacaciones y vuelve la demanda al iniciar ciclo escolar".
Recuerda que en la década antepasada fue quizá el mejor tiempo que ha tenido como trabajador del volante; de entonces a la fecha ha disminuido el quehacer, la pandemia les afectó mucho.
La reducción de la demanda de carros de sitio se observa con el dato de que antes eran 18 taxistas trabajando, en la década de los 80´s, eran 12 de la CTM y seis de la CROC; ahora quedan algunos siete, entre los dos sindicatos.
También desaparecieron los espacios de carros de sitio que había en la plaza y en la zona centro, ya todos se reagrupan junto a la estación de autobuses foráneos, señala.
"No existe gran competencia desleal, es mínima y con todos los vaivenes económicos y la situación que se atraviesa, ser taxista sigue dando para comer este oficio, gracias a Dios", puntualiza. Taxis siempre habrá, porque la gente siempre se tendrá que mover, concluye.