CIUDAD LERDO, Dgo. (OEM).- Con más de cien años de tradición familiar, David Ayala mejor conocido como “El Davis”, siguió el oficio de la venta de “tacos al vapor” o “sudados” como también los conoce la gente, negocio que le ha permitido sacar adelante a su familia, incluso dos de sus tres hijos son profesionistas.
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En entrevista para El Sol de Durango, en su triciclo donde transporta el contenedor con los tacos al vapor y que se instala en la plaza principal de esta ciudad, "El Davis" comentó que tiene 11 años dedicado a este negocio que le ha permitido llevar el sustento familiar, incluso cuenta con otro triciclo que lo atiende un trabajador y se instala en una plaza comercial en el bulevar Miguel Alemán y calle Justo Sierra de esta ciudad.
Señaló que cuando inició con este negocio de alimentos, fue muy difícil, debido a que la gente prefería las gorditas, tortillones, pero poco a poco se fue ganando la clientela por lo sabroso que están estos tacos al “vapor o sudados”.
Aclaró que su producto son tacos al vapor y no tacos de canasta, “son totalmente diferentes, pues estos últimos están envueltos en papel y se transportan precisamente en una canasta”, explicó.
Detalló que “los tacos al vapor o sudados, se preparan diariamente y están rellenos de papas, frijoles y chicharron, la tortilla lleva un poco de aceite y se calientan en una olla al vapor, cuando se sirven, se le pone encima un guiso de papas rojas y salsa aparte”.
Además agregó, “los clientes pueden pedirlo de cuatro con un costo de 30 pesos o de seis que tiene un precio de 45 pesos el plato”.
Recordó que tiene conocimiento de que el tio de su papá, el señor Jacobo inició hace unos cien años este negocio de tacos al vapor y lo fue pasando a las generaciones de la familia y a la fecha sigue vigente.
Asimismo mencionó que llega en su triciclo a la plaza principal en la esquina de Hidalgo y Sarabia a las 08:00 de la mañana y se retira a las 13:00 horas todos los días, por lo regular se le vende todo, pues hay mucha demanda, aunque rara vez se le queda poco y eso que le queda, al llegar a su casa, lo obsequia a personas de escasos recursos económicos, concluyó el Davis.