Canatlán, Dgo. (OEM). - Cada fin de semana, a la entrada oriente de ciudad Canatlán, se observa a una señora ofreciendo bolsitas con semilla tostada de calabaza a los automovilistas que circulan por la avenida Enrique W. Sánchez, esquina con calle Felipe Carrillo Puerto, estilo de ambulantaje poco visto y que despierta la curiosidad de quienes transitan por el lugar.
Es la señora María Silvina Martínez Nevárez, ama de casa vecina del poblado Venustiano Carranza, quien cada sábado recorre los 25 Kilómetros que los separan de la cabecera municipal para acudir a ganarse la vida de esta honrada manera.
Con 55 años de edad, esta madre de dos hijos, de 19 y 23 años, sostiene una jornada de trabajo de 12 horas cada sábado, hasta buscar terminar con la semilla tostada de calabaza que previamente prepara en su vivienda; de no terminarlas, regresa al día siguiente.
Entrevistada al respecto, menciona que en el poblado Carranza se dedicaba a la elaboración y venta de gorditas, burritos y churritos, así lo hizo durante un buen tiempo, pero la competencia se hizo cada vez más fuerte y la venta se dificultó ya que a su decir, toda la gente lo hace.
Responde que sábado a sábado acude a Canatlán, empieza a vender desde muy temprano, nueve de la mañana, en ese transitado crucero vehicular – Enrique W. Sánchez y Felipe Carrillo Puerto, conocida como la calle del panteón - trabaja todo el día, hasta aproximadamente las 20.00 horas y cuando queda bastante semillas, regresa a buscar terminar al día siguiente.