Es probable que la construcción de la nueva Universidad Benito Juárez inicie la construcción de su propio edificio a finales de este 2019, ya que cuentan con la donación de un terreno por parte del ejido aunque de manera provisional los alumnos toman clases en la escuela primaria Francisco Villa, ubicada en la comunidad de Cuauhtémoc en el municipio de Cuencamé, en el estado de Durango.
De acuerdo con la coordinadora de esta universidad en la región, Olivia García Galindo, se trata de un ambicioso proyecto con el que se comenzó a trabajar durante el mes de mayo del presente año, junto con las instalaciones que se encuentran instaladas al noroeste de la entidad, en el municipio de Tepehuanes, la universidad en la región de los llanos cuenta con 83 alumnos que se dividen en dos grupos, quienes son atendidos por dos docentes, además de la coordinadora.
En esta nueva universidad se ofrece la carrera de Ingeniería en Desarrollo Regional Sustentable, y de momento las clases se imparten en los salones de la Escuela Francisco Villa, en el centro de la localidad, frente a la Presidencia Municipal, se trata del edificio que alberga la primera institución educativa que se creó en esta localidad hace aproximadamente 85 años, donde ya estuvieron de manera provisional una secundaria y la escuela de nivel medio superior CBTA. Aunque hoy aloja a los primeros 83 estudiantes de nivel superior.
La coordinadora señaló que en la Universidad Benito Juárez, se tienen alumnos que viajan desde la ciudad de Monterrey, Nuevo León, así como del estado de Sonora, aunque la gran mayoría son oriundos de Cuauhtémoc y sus localidades aledaños.
Confían en que al inicio del nuevo semestre, el número de alumnos interesados en estudiar una carrera profesional como la ingeniería que se oferta, sea mayor al que se tiene actualmente y se espera que a finales de este año, se pueda iniciar la construcción de las primeras aulas del edificio de esta Universidad para el Bienestar Benito Juárez García.
Olivia García Galindo informó que ya se tiene muy avanzado el acuerdo y el apoyo decidido del ejido para que se pueda contar de manera legal con el terreno para que se bajen los recursos económicos necesarios y con ellos construir las instalaciones propias en la región de los llanos de Cuencamé.