En los últimos tres años, el sector de la construcción se ha visto seriamente afectado por las condiciones económicas del entorno estatal, el cual ha impactado en la pérdida del 60% de los empleos directos, por lo que la pandemia ocasionada por el COVID-19 solo vino a agravar una situación ya de por sí complicada, así lo expresó el presidente de la Asociación de Industriales de la Maquinaria Pesada del Estado de Durango, Roberto Santos Serrano.
“Seguimos descansando gente pero ya de una manera permanente, porque ya no habría manera de cómo seguir trabajando con ellos”, comentó el empresario duranguense, quien señaló que hasta hace poco se les informó sobre los protocolos que deben seguir las empresas constructoras para evitar los contagios entre su personal.
Asimismo explicó que la semana pasada se registró un fenómeno extraordinario, en el que hubo una alta demanda de insumos solicitados por parte de empresas dedicadas en su mayoría a la obra pública “se les notaba un sentido de emergencia, de agilizar y terminar sus obras en la semana pasada y hubo un movimiento bastante bueno toda la semana pasada”, comentó Santos Serrano, quien aseguró que al arranque de esta semana, los números bajaron considerablemente.
“Debería ser un martes normal, en el que debería tener al menos cuatro o cinco pedidos de órdenes de concreto, no tengo ni una sola”, comentó el empresario constructor, por lo que estimó que esta semana será una semana clave en la que se resentirá la falta de circulante y trabajo.
Asimismo la crisis por el COVID-19 golpea al sector de la construcción a través de las remesas enviadas por los connacionales radicados en los Estados Unidos, cuyos familiares aprovechan el recurso para hacer mejoras a sus viviendas, “es dinero que tampoco está llegando y también creemos que nos va a pegar de una manera muy importante, porque es una cantidad de dinero muy significativa que ayudaba a toda la construcción privada”, comentó.
Reconoció que a pesar de que con el préstamo de mil 800 millones de pesos solicitados por el Gobierno del Estado para el desarrollo de obra pública en la entidad, significó un respiro para los quienes se dedican a la construcción, hoy se habla de que estos serán repartidos en al menos 10 diferentes obras en todo el estado, lo que significa que a cada empresa le tocará solamente 1 millón 800 mil pesos en promedio.
“Son obras muy pequeñas (…), que difícilmente se podrán hacer con los presupuestos que piensa hacer el estado”, señaló el presidente de los Industriales de la Maquinaria Pesada, quien aseguró que para que realmente se tuviera un desarrollo que detone la economía del estado, tendría que realizarse una inversión de cuando menos 10 mil millones de pesos, esto si se considera que la pandemia por el COVID-19 estuviera controlada.