Las reformas a la Ley de Extinción de Dominio tienen como principal ángulo positivo la celeridad con que los bienes procedentes de crímenes puedan pasar al poder del estado y adjudicados por éste en pública subasta, con la ley anterior, se prestaron a prácticas dilatorias, como el hecho de que la propiedad de Arturo “El Negro” Durazo, conocida como “El Partenón”, todavía no pasa a poder del estado, no obstante que Durazo fue capturado hace 20 años y hace 10 que murió.
En Cuernavaca hay varias propiedades de Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, todavía pendientes de expropiación.
El fiscal anticorrupción de Durango, Héctor García Rodríguez, mantiene la idea de que muchos abogados y ciudadanos creen que durante el proceso a algún acusado sus propiedades puedan ser rematadas.
Esto no puede ser, por la sola razón de que todos son inocentes mientras no se les demuestre culpabilidades y la culpabilidad de un procesado se demuestra tras de una sentencia del Juzgado, donde se le conoce su juicio, ratificación en segunda instancia y por último, ser ratificada en un amparo que cuando mucho va a tardar 3 años en lugar de los 25 ó 30 que se tardan ahora las adjudicaciones.
A su juicio, la reforma es positiva y pegará a los grandes delincuentes, especialmente a los narcotraficantes en su patrimonio, donde más les duele.