“Por 500 mil pesos los mató”, aparece en la parte alta del Diario de Durango del 9 de abril del 2009, cuando el asesino serial duranguense, Alejandro Félix Carrillo, les arrebató la vida a su abuelo y un tío, Bernardo Félix León, de 80 años de edad, y de Manuel Félix Rodríguez, de 59. Y es que el hecho trágico acaparó los titulares de aquella fecha. No fue el único crimen que se le adjudicó al hombre nacido en el poblado 5 de Mayo en 1985.
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Cometió este nuevo delito de secuestro luego que estuvo un tiempo en Baja California, huyendo de otro crimen; y es que al paso de alrededor de ocho años, volvió a tierras duranguenses, y vivió algunas semanas en una vivienda del fraccionamiento Valle Verde, precisamente de la calle Narciso, misma que pidió a su abuelo Bernardo que se la prestara.
Enseguida lo secuestró a él y a su tío. Según se informó en aquel día, el considerado también como el secuestrador de Durango solicitó rescate por 500 mil pesos a cambio de la libertad de sus familiares, pues pretendía disfrutar de ese dinero en un viaje.
“El que su abuelo y su tío le negaran medio millón de pesos que quería para irse de paseo a Cancún, fue el motivo que orilló a Alejandro Félix Carrillo a matarlos a balazos y enterrarlos en su misma casa de la colonia Valle Verde”, se lee en aquella edición del Diario de Durango.
Donde además se explica que fueron sus mismos parientes quienes días antes habían acudido a la Procuraduría de Justicia a denunciar formalmente la desaparición de Bernardo y Manuel, luego que no los encontraban por ningún lado.
Desde ese momento sospecharon de Alejandro Félix, quien seguía obsesionado con irse de paseo a la playa, pues lo platicaba con amigos, familiares y vecinos.
El martes anterior, cuando lo iban a detener para investigarlo, frente a los agentes de la DEI se disparó a la cabeza con la misma arma que utilizó para matar a sus parientes.
“Los cuerpos de Bernardo Carrillo y Manuel Félix fueron desenterrados y de acuerdo al informe de médicos forenses, tenían entre siete u ocho días de haber sido asesinados y sepultados”, se lee en el periódico del 2009.
